Ciudad de México ,
Hannah Cubells
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
Durante la conferencia de prensa matutina, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, fue cuestionado acerca de varios temas controversiales en materia de política internacional ocurridos en semanas recientes. Un tema álgido fue la petición del Gobierno de Ucrania para que México detenga a Vladimir Putin, acusado de crímenes de guerra. Asimismo, evitó responder a la solicitud María Corina Machado, quien solicitó a México actuar como mediador en el conflicto electoral que se desarrolla Venezuela.
En su respuesta a la prensa el 8 de agosto de 2024, López Obrador defendió la invitación extendida a Putin, subrayando que esta es parte de la política diplomática de México, que busca mantener relaciones con la mayoría de los países, salvo algunas excepciones. En este sentido, el mandatario destacó los casos de Ecuador y Perú, países con los cuales México ha roto relaciones diplomáticas. La decisión respecto a Ecuador fue motivada por el asalto a la embajada mexicana. Mientras en Perú, la detención de Pedro Castillo puso tensión en la relación diplomática.
Al referirse al conflicto en Ucrania, el titular del Ejecutivo reiteró su propuesta de convocar a líderes internacionales, como a Nerendra Modi, primer ministro de India y el papa Francisco, para mediar en la situación y buscar una solución pacífica. Enfatizó la importancia de la diplomacia y la necesidad de encontrar vías para detener la guerra, con el fin de aliviar el sufrimiento tanto del pueblo ucraniano como del ruso. Por su parte, ante el anuncio del Gobierno mexicano de haber invitado a Putin a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum, la embajada de Ucrania en México se quejó formalmente.
Respecto a la situación en Venezuela, López Obrador reafirmó su postura de no intervención en los asuntos internos de otros países, pese a tener preferencias ideológicas como fueron sus intervenciones en el caso de Perú en el conflicto de Pedro Castillo y el acoso permanente a Dina Boluarte. A contratiempo de una decena de países, su cercanía ideológica lo llevó a abogar por respetar la voluntad del voto venezolano. Instó a evitar proclamaciones de victoria sin la debida validación del tribunal electoral.
Además, destacó la coincidencia de su postura con la de otros líderes latinoamericanos, como el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el presidente de Colombia, Gustavo Petro. Con esto, ratificó el comunicado conjunto emitido semanas atrás por los tres mandatarios cuyo contenido llamaba a una resolución pacífica del conflicto en Venezuela. Por su parte, evitó referirse a la posición de Gabriel Boric, presidente de Chile y aliado ideológico, quien se mostró a favor de denunciar fraude electoral el 28J por parte del régimen de Nicolás Maduro.