Ciudad de México,
Gustavo Torres
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Los recientes apagones que afectaron a más de 2.66 millones de usuarios en México ponen en tela de juicio la política energética del presidente Andrés Manuel López Obrador. En la mañanera del 16 de mayo, altos mandos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) se presentaron para abordar las preocupaciones sobre la estabilidad del suministro eléctrico, especialmente con las elecciones a la vista.
Mauricio Cuéllar, director de Planeación y Operación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), destacó que a pesar de los cortes, el sistema mantuvo una disponibilidad de entre el 95 y el 97% del tiempo. "En el contexto anual, de los 135 días transcurridos, solo se han interrumpido seis horas de servicio", explicó Cuéllar, enfatizando la eficiencia general del sistema.
Así, los apagones, que se concentraron entre el 7 y el 9 de mayo, coincidieron con la segunda ola de calor del año, con temperaturas promedio superiores en 1.4°C a las de años anteriores. Esto llevó a un aumento del 13% en la demanda eléctrica en comparación con mayo de 2023, equivalente a 2.5 veces el consumo de la península de Yucatán.
Manuel Bartlett, director general de la CFE, aseguró que los problemas se han resuelto completamente. "El Sistema Eléctrico Nacional nunca estuvo en riesgo", afirmó Bartlett, minimizando la gravedad de los cortes.
Sin embargo, estos eventos han revivido críticas hacia la administración de López Obrador, acusándolo de favorecer a la CFE en detrimento de las energías renovables y la inversión privada. Desde el inicio de su mandato en 2018, la CFE ha incrementado su participación en la generación de electricidad del 38% al 49%, con el objetivo de superar el 60% al final de su sexenio en octubre.