Ciudad de México,
A Amigon
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Uno de los principales programas con gran cobertura nacional en la actual administración de Andrés Manuel López Obrador es Jóvenes Construyendo el Futuro. La publicación de las cifras y el alcance de éste promovieron su exportación a otros países de Centroamérica, pero aún hay ciertos aspectos como las más de cinco mil quejas de los beneficiarios y la falta de transparencia pueden ser factores que afectan negativamente en su recepción.
Jóvenes Construyendo el Futuro es un programa que promueve la capacitación laboral de jóvenes de entre 18 y 29 años al proveerles de una beca de 3,500 pesos mensuales mientras se desempeñan en alguna empresa o negocio.
Después de ocho meses desde su implementación, se vincularon a 900 mil beneficiarios en zonas urbanas y 100 mil jóvenes indígenas en zonas rurales en 157 mil centros de trabajo en el 96% de los municipios del país.
Luisa María Alcalde, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), en el Foro de Compromiso de Citibanamex con los Jóvenes de México mencionó que el programa "es una apuesta del gobierno, quitar todo tipo de intermediarios y que los recursos lleguen al beneficiario de manera directa y se está haciendo a través de cuentas bancarias, esto nos va a ayudar en temas de inclusión de financiera".
También la titular indicó que el éxito se debía al esfuerzo conjunto del gobierno y empresas por abrir sus puertas a los jóvenes. Fue este éxito lo que promovió, en colaboración de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), se esté preparando actualmente un convenio de cooperación para llevar el programa a Honduras, El Salvador y Guatemala.
Horacio Duarte Olivares, responsable de Jóvenes Construyendo el Futuro, trabajará con la dirección ejecutiva de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Amexcid) con recursos presupuestales del Fondo de Infraestructura para Países de Mesoamérica y el Caribe en un programa piloto por un año con empresas mexicanas.
A pesar de esto, no todas las empresas y organizaciones han sido las mejores tutoras, pues las más de cinco mil quejas de los beneficiarios demuestran casos de fraude. Entre las denuncias existen casos donde las organizaciones no cumplieron con lo que prometieron en un principio o se pedía un pago extra por ciertos cursos.
Como resultado de las denuncias, se han dado de baja a 300 empresas y se denunciaron a tres más que amenazaban con la suspensión de los beneficiarios por no pagar. Asimismo, se realizará una visita de verificación en los centros de trabajo, pero sólo a dos mil de los 157 mil registrados.
Otro problema es la falta de transparencia que fue señalada por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI). De acuerdo a la organización, luego de una revisión al 82% de los becarios de la Ciudad de México, el 53% fueron imposibles de encontrar debido a un padrón deficiente y atípico.
Además, la STPS ofrece únicamente el nombre de las empresas afiliadas que reciben a los jóvenes, sin dirección, RFC o más información con la que pueda verificarse la situación de los beneficiarios.
Si realmente busca llegar el programa Jóvenes Construyendo el Futuro a Centroamérica, debe hallarse una mejor solución además de una mínima cantidad de visitas para prevenir el abuso de las empresas y tener una mejor transparencia en datos, o los problemas podrían repetirse en otros países.