Foto: Sergio F Cara (NotiPress)
En el Valle de México, las familias extranjeras que llegan por trabajo o estudios suelen iniciar el ciclo escolar sin haber resuelto por completo su situación habitacional. Es común que los hijos comiencen clases desde una vivienda temporal, mientras sus pertenencias siguen en tránsito, y que enfrenten recorridos diarios prolongados para llegar al colegio. Estos factores pueden afectar su rendimiento académico y su adaptación social durante los primeros meses en el país.
El tránsito capitalino se suma como uno de los principales retos que propone la capital mexicana a este panorama. En comparación con ciudades más pequeñas o con sistemas de transporte más ágiles, los trayectos en la capital mexicana pueden extenderse considerablemente, restando tiempo para actividades extracurriculares y convivencia familiar.
Mirada desde la educación internacional
Desde la experiencia de The Wingate School, institución británica con alumnado internacional en la capital, la cercanía entre vivienda y colegio es determinante para que los estudiantes se adapten con éxito. Juliet Wingate, directora del plantel, explicó en entrevista con NotiPress que muchos alumnos "empiezan clases sin contar con sus objetos personales, lo que influye en su adaptación inicial".
Para mitigar ese impacto, la escuela recomienda que las familias opten por una vivienda temporal próxima al campus, incluso si no es su ubicación definitiva. Wingate afirmó que esta decisión "reduce el tiempo de traslado y permite que los niños mantengan una rutina estable mientras la familia busca un hogar permanente".
Estrategias para reducir el impacto del tránsito
La institución subraya la importancia de evaluar rutas y tiempos antes de decidir la residencia definitiva. Según Wingate, "un traslado largo no solo cansa físicamente al alumno, también limita su vida social y las oportunidades para integrarse en la comunidad escolar".
En los casos en que la distancia es inevitable, el colegio recomienda aprovechar el transporte escolar como espacio para socializar, adaptarse al idioma y conocer mejor la ciudad.
Red de apoyo entre familias
Más allá de la logística, el bienestar emocional de los estudiantes depende en gran medida de la red de apoyo que puedan construir sus padres. La entrevistada recordó un caso en el que un padre, ante una emergencia médica, solicitó ayuda en el chat comunitario del colegio, y otro se ofreció a cuidar a su hijo. "Ese tipo de gestos fortalece la confianza y el sentido de pertenencia, algo fundamental en el proceso de adaptación".
Asimismo, el colegio fomenta este tipo de interacciones mediante encuentros sociales, reuniones y actividades extracurriculares, que facilitan el contacto entre familias recién llegadas y aquellas con más tiempo en la ciudad.
Consejos prácticos para recién llegados
Con base en su experiencia, The Wingate School propone medidas concretas para que las familias aseguren el bienestar escolar durante la etapa de transición:
- Elegir el colegio antes que la vivienda, priorizando la cercanía.
- Usar el transporte escolar como herramienta de integración.
- Mantener rutinas domésticas incluso en un alojamiento temporal.
- Participar en actividades escolares para conocer y vincularse con la comunidad.
De reto a oportunidad
Aunque la etapa inicial presenta dificultades, la especialista considera que también ofrece aprendizajes valiosos. "La adaptación no solo beneficia a los niños; también fortalece la resiliencia y la capacidad de trabajar en equipo dentro del hogar".
Para la directora, superar las limitaciones de la vivienda temporal y los traslados prolongados es el primer paso hacia una integración plena. La combinación de cercanía escolar, comunidad activa y planificación de vivienda permite que los estudiantes mantengan un buen rendimiento académico y estabilidad emocional, incluso en un contexto de cambio.
Contenido actualizado el 14-08-2025 18:29
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