Foto: lopezobrador.org.mx
Durante la conferencia de prensa matutina acaecida en Nuevo León del 27 de agosto, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador (AMLO) habló sobre la controversia por el impacto climático y ambiental que genera la refinería de Cadereyta en el estado de Nuevo León. En este sentido, el Ejecutivo pronunció "no es posible cerrarla", pero son necesarias acciones para evitar más contaminación.
"No podemos cerrar la refinería de Cadereyta. Esto puede ser una demanda legítima de los ciudadanos o de los gobiernos municipales y estatales, pero debemos explicarles que necesitamos esa refinería. Lo que debemos buscar es comprometernos a que no contamine y eso se puede lograr", fueron las palabras del mandatario.
Por otro lado, AMLO de forma indirecta acusó de oportunistas a personalidades como Pilar Lozano, diputada federal por Movimiento Ciudadano, quien presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) con el fin de investigar los daños ambientales provocados por la refinería de Nuevo León. Al recordar que el país está en tiempos electorales, mencionó "salen los paladines del medio ambiente y se ponen muy activos porque quieren cargos".
Manuel Vital, titular de la Secretaría de Desarrollo Sustentable del estado de Nuevo León también manifestó su desacuerdo respecto a las operaciones de la refinería para el portal Expansión Política, mencionando que desde noviembre de 2019 se solicitó la intervención de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), pero la dependencia no ha dado respuesta.
Al momento de las preguntas de la prensa, un reportero cuestionó si la actual administración haría un compromiso en función de reducir los gases contaminantes de la refinería de Cadereyta, a lo que el Ejecutivo contestó, el 27 de agosto estaría en las instalaciones para revisar el plan de rehabilitación, el cual tiene como factor clave el impacto ambiental.
En este sentido, uno de los objetivos de la administración de AMLO es darle valor agregado a la materia primera, y ahí sienta las bases para la construcción de la refinería Dos Bocas en Tabasco, así como para la modernización de las seis refinerías de México. Por esta situación, el Ejecutivo negó la posibilidad de cerrar la refinería de Cadereyta a pesar de las controversias actuales por su impacto ambiental y climático.
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