Ciudad de México,
Iván González
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Los efectos en la salud en los pacientes de Covid-19 han sido cubiertos por todos los medios, y prácticamente toda la sociedad los conoce y tiene registro de ellos; sin embargo, existen otros factores que afectan a los sectores más vulnerables de la sociedad y permanecen en el desconocimiento del público a pesar de las repercusiones a la población.
En Argentina, los reos del penal de Villa Devoto, una de las cárceles más grandes del país con ubicación en Buenos Aires, hicieron un motín para denunciar las medidas sanitarias dentro del inmueble, además de exigir medidas extra como prisiones domiciliarias o excarcelaciones para evitar contagiarse de coronavirus. Los presos subieron al techo del inmueble con pancartas en las que se leían mensajes como "Nos negamos a morir en la cárcel" y "COVID-19 está en Devoto. Jueces asesinos, el silencio no es mi lengua".
La causa del motín, realizado el 24 de abril de 2020, se remonta a la detección de cuatro casos de coronavirus dentro de la prisión el 14 de abril; este suceso, sumado a la sobrepoblación de la cárcel y la falta de medidas higiénicas dentro del complejo, desataron el malestar de los prisioneros, quienes tomaron la acción en sus manos. Desde 2019, el sistema penitenciario argentino se declaró en crisis por sobrepoblación de reos, y en la cárcel de Villa Devoto se encuentran alojados alrededor de 1,800 presos federales varones; muchos de ellos se encuentran en prisión preventiva.
No obstante, la sobrepoblación de las cárceles no es un tema exclusivamente argentino; en México, el 13% de los presos comparte celda con, al menos, 15 personas, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de la Población Privada de la Libertad levantadas y procesadas, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Según esta encuesta, la población total de reos es de 210,991 personas, de las cuales casi la mitad (46%) comparte celda con cinco personas; de esta población, 21% comparte con seis-10 personas y el 11% con entre 10 y 15 presos.
Por si no fuera poco, la sobrepoblación no es el único problema que enfrentan los presos mexicanos: el suministro de agua y los espacios de aseo también representan un factor de riesgo para la población recluida en las cárceles de México. En este sentido, 30 de cada 100 internos tiene dificultades para obtener agua potable y medicamentos dentro de sus celdas, mientras 12 de cada 100 no tiene un espacio dedicado al aseo; estas condiciones hacen que los reos sean una población vulnerable ante la pandemia de Covid-19.
Hablando de falta de servicios básicos, diversas alcaldías de la Ciudad de México experimentan falta de agua en plena contingencia, como es el caso de Iztapalapa, sector de la ciudad que no es ajeno a la falta del líquido. Aunque la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, estableció un programa emergente de pozos con el cual se planean entregar 37,000 viajes de pipas para entregar agua gratis por toda la ciudad, los habitantes de Iztapalapa no cuentan con el agua necesaria para acatar las medidas sanitarias básicas, como el lavado de manos. Actualmente, la alcaldía de Iztapalapa cuenta con 280 casos positivos, uno de los números más altos de la ciudad.
De esta manera, la crisis sanitaria y económica provocada por Covid-19 trae repercusiones más allá de la salud y estado físico de la población. Los sectores más vulnerables de la sociedad no tienen las posibilidades de hacer frente a una pandemia como la actual.