Ciudad de México,
Juan Manuel Flores
Crédito foto: Unsplash
Datos de la organización Letra S registraron 19 asesinatos de personas LGBTIQ+ en los primeros meses de 2023. A su vez, reportaron un aumento del 11% en el número de homicidios durante el 2022, respecto al año anterior. Ante estas cifras, México se posiciona como uno de los países en Latinoamérica con mayor cantidad de incidentes de discriminación y violencia dirigidos a personas LGBTIQ+.
Si bien, el país ha logrado avances significativos en materia de derechos de las personas LGTBQ+, como la prohibición y sanción de las terapias de conversión y emisión de pasaportes, uno de los principales retos prevalece en la creación de entornos sanos y seguros para este sector de la población. En relación con ello, la Encuesta sobre Discriminación en la Ciudad de México de 2021, identificó que la preferencia sexual es una de las formas más comunes de discriminación.
Ante ello, Gabriela Valenzuela, fundadora de Safe Zone, mencionó para NotiPress, "es fundamental que levantemos la voz y en conjunto desarrollemos espacios libres de violencia de cualquier tipo". Así, en vista de concretar este propósito, bajo el cual fue creado Safe Zone, Valenzuela destaca algunos aspectos esenciales que deben presentar los lugares designados como seguros para el colectivo.
Un principio fundamental para construir entornos que promuevan la diversidad, respeto y aceptación es la diversidad activa. Pues esta impulsa la participación y reconocimiento activo, cabe destacar, uno de los aspectos esenciales de los lugares seguros, es su proactividad y compromiso por la propia diversidad. Es decir, ambientes donde todas las entidades sean respetadas, celebradas y favorezcan la vinculación y conexión con otras personas.
La formación y sensibilización es otro aspecto fundamental para fomentar una cultura de aceptación y comprensión, en la cual las personas LGBTIQ+ se sientan bienvenidas y apoyadas. De esta forma, la educación en torno a la diversidad sexual y de género es relevante para la construcción de lugares seguros. Así como el establecimiento de organizaciones que proporcionen capacitación regular a su personal para aumentar la sensibilización sobre las experiencias y desafíos a los cuales se enfrenta esta población. Esto no solo contribuye a la prevención de la discriminación, sino también, promueve un entorno donde el personal aborde de manera efectiva cualquier situación que pueda surgir.
Finalmente, consolidar la creación de espacios seguros está sumamente ligado al desarrollo de políticas antidiscriminatorias claras. Valenzuela sostiene, "es imperativo que los lugares comprometidos con la seguridad de la comunidad LGBTIQ+ establezcan y comuniquen claramente políticas antidiscriminatorias". Pues esto no solo disminuye las experiencias de discriminación, sino que fortalece la confianza de las personas LGBTIQ+ en toda clase de entornos.
"Todas las personas tenemos derecho a la igualdad y a la no discriminación, este derecho fundamental engloba muchos temas, entre ellos el poder disfrutar de espacios que nos permitan desarrollarnos libremente, con seguridad y confianza, sin injerencia ajena o coacción alguna". Con ello, Valenzuela, Fundadora de Safe Zone remarca que adoptar y promover principios, además de contribuir a la construcción de comunidades más seguras, genera un impacto positivo en resultados comerciales. Ya que propician entornos aptos para una clientela diversa y comprometida.