Ciudad de México,
Álvaro Sánchez
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
Datos de la Unesco indican, más de 1.5 mil millones de estudiantes se vieron afectados por la pandemia con clases suspendidas o reconfiguradas. En México, 30.6 millones de estudiantes, desde preescolar hasta preparatoria, dejaron de asistir a clases por este motivo, según cifras de la Secretaría de Educación Publica (SEP). Ahora ante el posible regreso a clases el próximo 10 de agosto se están buscando herramientas tecnológicas para solucionar los problemas educativos resultantes de la educación a distancia. Sin embargo, existen varios desafíos actuales a superar como la falta de infraestructura y la desigualdad social.
La mayoría de los estudiantes en México no están preparados ni adaptados a las clases a distancia. Hoy en día esta es la opción más común, pero el contenido generalmente se basa en documentos escritos y videos esporádicos con poca calidad. Ante ello, hay dos grandes problemas a resolver para mejorar la educación a distancia: brindar una educación de calidad y dar acceso a los estudiantes a la tecnología para que sigan en clases, asegura Julio Castrejón, country manager de Pure Storage.
Para lograr lo primero, las escuelas deben adoptar tecnología moderna capaz de llenar la brecha de infraestructura con el objetivo de brindar educación de calidad e invertir en plataformas capaces de soportar un volumen grande de datos para almacenarlos y compartirlos entre varios usuarios.
En el segundo caso, el principal problema es la desigualdad social en México. Hay una gran cantidad de personas que ni siquiera tienen los recursos mínimos para tomar una clase. Cifras de la Encuesta Nacional del Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) indican, sólo el 19% de los hogares de estrato socioeconómico bajo tiene conexión a Internet, mientras que en las familias de estatus alto la cifra asciende al 90%. También sólo el 16% de los hogares más pobres cuentan con computadora a comparación de un 80% de la población con mejor estabilidad económica.
Si se habla de datos totales, un 48% de la población mexicana no tiene acceso a Internet en su casa ni una computadora; son en total 34 millones de personas. Asimismo, 6 de cada 10 estudiantes viven en zonas urbanas, donde la falta de capacitación y la precariedad las deja al margen. En el contexto rural, a esos factores se suma la falta de infraestructura, porque ahí no cuentan con los requerimientos necesarios para que un dispositivo inteligente funcione.
A todo esto también se suma la gran deserción escolar en el país, el subsecretario de la SEP, Juan Pablo Arroyo, informó que durante la cuarentena el 45% de los estudiantes de educación básica perdieron contacto con el programa educativo. Por tal situación, Arroyo consideró se debe poner énfasis en los estudiantes de último grado de primaria y secundaria, para garantizar que no abandonen sus estudios, pero a pesar de los esfuerzos las cifras se mantienen año con año e incluso aumentan.
Con todo ello detrás, los desafíos actuales de la educación a distancia en México no se reducen sólo a falta de infraestructura, también sigue el problema de la desigualdad social, el contraste entre las condiciones estructurales del sistema educativo y los recortes presupuestales, tal como lo ha señalado la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), por lo que aún hay un camino largo por recorrer en la educación a distancia a nivel nacional.