Gentrificación impacta negativamente en las tradiciones mexicanas

 01-04-2024
Juan Manuel Flores
   
Portada | Actualidad
Foto: Josue Díaz (NotiPress(Composición)

Foto: Josue Díaz (NotiPress(Composición)

El reciente caso de hoteleros pidiendo que se restrinjan las bandas y grupos musicales en zonas turísticas han abrió una conversación en torno a la gentrificación que se vive en México. Cabe mencionar, estos términos, acuñados en estudios geográficos, son utilizados para referir las "transformaciones" socioespaciales en una región, provocadas por el turismo.

Dichos términos, hacen énfasis en el impacto negativo que tiene el articular el desarrollo y crecimiento económico de un territorio determinado a la actividad turística. Pues esto significa someter bienes, recursos y fuerza de trabajo local a dicha actividad, subordinando los intereses y necesidades de empresarios y gobiernos a la misma. Esto, además de repercutir negativamente en el medio ambiente, atenta contra la población local, sus tradiciones y cultura. Un ejemplo de ello es la exposición de comunidades vulnerables "al turismo sexual, afectaciones a monumentos históricos y al entorno natural".

De esta forma, los recientes casos de extranjeros manifestándose contra "sonidos" propios y tradicionales de México, evidencia la turistificación y gentrificación que se vive en el país. Donde las desigualdades y el acaparamiento llevan a los sectores empresariales y locales a atender las demandas de los "turistas" y no de la población local. Este fenómeno, en donde la población residente de barrios populares y obreros se ve desplazado por la edificación de sitios de alojamiento y ocio dirigido a otros sectores, se le conoce como gentrificación.

Aunque se habla poco sobre el impacto de estos fenómenos, las recientes quejas de "extranjeros" sobre los "ruidos" locales pusieron de relieve como los intereses de ciertos sectores, en los casos mencionados, atentan contra la población local y sus tradiciones. Sin embargo, cabe señalar, esto no es un problema provocado únicamente por la población "extranjera", pues el turismo nacional también puede tener como consecuencia la "turistificación" de ciertas zonas.

Si bien, esto es parte de un modelo que atiende a los intereses económicos, también es relevante la interacción de los turistas con el medio visitado. Así, investigadores de la UNAM argumentan, los visitantes deben ser conscientes de que parte de su obligación es respetar a las poblaciones locales, incluyendo sus tradiciones y cultura.

Con el afloramiento de este debate, surgió la defensa y reivindicación de los "ruidos" de la Ciudad de México, como parte de la cultura. A manera de ejemplo, pueden mencionarse las diversas respuestas que surgieron a través de la queja de la modelo Breanna Claye sobre el sonido de los organilleros. Al calificarlos como "el sonido más molesto de la ciudad" y cuestionar cómo se le "puede llamar horrible sonido de esta caja".

Cabe destacar, durante la conferencia matutina del 1 de abril de 2024, el presidente López Obrador incluyó el sonido de los organilleros a la sección musical de su conferencia de prensa, mostrando una aceptación hacia los sonidos urbanos de México.

Otro caso que tomó relevancia en los últimos días fue la solicitud del empresario Ernesto Coppel para prohibir las bandas en las playas de Mazatlán. Esto debido a que, según el empresario, los turistas americanos se quejan por el ruido, pues no los deja descansar. El empresario, además, expresó que estos sonidos provocan una proyección turística "chafa". Como consecuencia de estas declaraciones, diferentes bandas sinaloenses organizaron una movilización. Ante esto, AMLO se declaró a favor de la manifestación de los músicos que buscan defender esta tradición y su fuente de trabajo, pero pidió no recurrir a actos violentos.

Si bien, para los investigadores de la UNAM, la solución a los fenómenos de gentrificación y turistificación radica en desarrollar modelos económicos que permitan un manejo adecuado de la afluencia turística. Donde se respete a las poblaciones locales y las zonas se beneficien de la afluencia turística. Los casos referidos crearon inconformidad entre la población mexicana, pues la gentrificación, además de desplazar a la población local, también está afectando sus tradiciones y expresiones culturales.




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