Foto: Francesco Gallaroti
La Asociación Mexicana de Semilleros AC (AMSAC), felicitó al Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS) de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, por sus 60 años de creación y de apoyo al campo mexicano. Celebrando este aniversario el pasado 8 de abril de 2021, el SNICS ha promovido por 60 años el uso de semillas de calidad, el desarrollo de variedades vegetales mejoradas y la conservación y el aprovechamiento sustentable de los recursos tecnológicos y fitogenéticos.
Cadenas productivas como la de textiles, medicinas, biocombustibles y el 80% de los alimentos, según la Organización para la Alimentación y Agricultura de las Naciones Unidas (FAO), comienzan con una semilla. Por ello, afirmó la AMSAC para NotiPress, organismos como el SNICS son actores clave para contar con semillas de calidad y satisfacer las necesidades de productores y consumidores de estos productos.
Por otra parte, la AMSAC celebró el desarrollo e implementación de políticas públicas como el Programa Nacional de Semillas 2020-2024 y el Sistema Nacional de Semillas (Sinasem). Estos instrumentos son resultado de la coordinación entre sectores público, académico, privado y social, y están dedicados a garantizar el acceso a semillas de calidad. Ello implica la prevención de fenómenos como la proliferación de "semillas pirata", mismas que ocasionan cultivos invasivos o de mala calidad y que ocasionan a la industria semillera pérdidas de hasta 10 mil millones de dólares anuales.
Si bien estos instrumentos representan avances sustanciales, el calentamiento global y el crecimiento poblacional introduce presiones adicionales en los sistemas alimentarios. Un ejemplo son los datos de la Rainforest Alliance con respecto al cultivo del café, cuya productividad podría caer entre en un 65% debido al cambio climático. Ello podría forzar a cultivar la misma cantidad de alimento en menor superficie de tierra, con plagas más resistentes y eventos climáticos como sequías e inundaciones más severas.
Ante esta razón, la AMSAC considera necesario aprovechar de manera responsable tecnologías como la edición CRISPR, que permite acelerar de forma sustancial el mejoramiento genético de especies vegetales. Consideran, las semillas mejoradas pueden ser una vía para ahorrar agua, regenerar el suelo, reducir el uso de agroquímicos y tener productos con mayor vida de anaquel para reducir pérdidas de alimentos y recursos. Además, en términos económicos podría contribuir a resolver déficits de producción de granos como el arroz, del cual importamos el 60% para consumo nacional.
Los desafíos en términos de producción agrícola y soberanía alimentaria para el futuro requiere un compromiso del sector semillero con la innovación y la tecnología sostenible. Esto, de forma que se pueda proveer de alimentos nutritivos a la población sin afectar el medio ambiente. Marcos legales actualizados como el Programa Nacional de Semillas y organizaciones como el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas posibilitan la coordinación entre sectores necesaria para lograr este objetivo.
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