Ciudad de México ,
Andrés Zimbrón
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El golpe a la economía y a la salud pública de todo el mundo por el COVID-19 ha sido uno de los temas más importantes en los primeros tres meses de 2020. Por ello, muchos gobiernos internacionales tomaron medidas drásticas como la movilización mínima en las grandes ciudades, fomentar la sana distancia entre la población, y la principal, detener cualquier actividad laboral en industrias, fábricas, empresas y viajes de negocios. Eso ha permitido a la Tierra tomar un respiro.
México es uno de los países que ha visto una reducción de la contaminación en el aire de la Ciudad de México. El reporte ambiental del índice del aire y salud en la CDMX y la zona metropolitana mostró que la urbe se encuentra en el rango de aceptable; por tanto, la baja concentración de partículas contaminantes se redujo considerablemente debido a las medidas de contingencia recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A pesar de la aceptable calidad del aire, gracias a la Jornada de Sana Distancia implementada en todo el territorio mexicano con la intención de detener la propagación del coronavirus en México, fueron suspendidas de manera temporal las actividades al aire libre, con la intención de salvaguardar la integridad física de los mexicanos. y se recomienda seguir al pie de la letra las indicaciones sanitarias de la OMS.
Es importante mencionar, el Índice Nacional de Calidad del Aire es un indicador diseñado para informar sobre el estado del aire y cuáles podrían ser los efectos en el medio ambiente. Además, sirve para prever con mayor eficacia en tiempo y forma cómo se encuentra la calidad del aire en México. Está dividida en cinco categorías: buena, aceptable, muy mala, con alto riesgo y extremadamente mala.
Por esa razón, la Secretaría de Movilidad registró menos afluencia de gente dentro de las principales redes de transporte de la Ciudad de México. El metro tuvo un 40 por ciento menos de usuarios, el metrobús un 30 por ciento, los camiones de la Red de Transportes de Pasajeros de la CDMX (RTP) registró un bajo flujo de personas con el 16 por ciento, y por último, el Sistema de Transportes Eléctricos fue de un 40 por ciento.
La suspensión de actividades industriales, al aire libre, shows masivos, conferencias, la reducción del tránsito aéreo y terrestre, son importantes para frenar la propagación del COVID-19; eso provocó una disminución cuantiosa en el consumo de energías fósiles y como consecuencia reduciendo los gases efecto invernadero como el dióxido de azufre, monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, ozono troposférico y partículas suspendidas PM10 y PM2.5.
De esta manera, las políticas de #SanaDistancia y #QuédateEnCasa propuestas por el gobierno mexicano para mitigar el contagio de COVID-19 lograron que la calidad del aire de la Ciudad de México fuera aceptable, resultado que no se tiene de manera regular sin la cuarentena.