Foto: X @MLP_officiel
El partido Agrupación Nacional (AN), liderado por Marine Le Pen, obtuvo una clara ventaja en la primera vuelta de las elecciones legislativas del 30 de junio de 2024, situándose como la principal fuerza política en Francia. Estas elecciones son excepcionalmente cruciales, ya que podrían poner al gobierno en manos de un partido de extrema derecha por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.
Según proyecciones de la encuestadora Ipsos-Talan, Agrupación Nacional y sus aliados de derecha obtuvieron el 33,2% de los votos, superando al izquierdista Nuevo Frente Popular (NFP), que consiguió el 28,1%. La coalición gobernante del presidente Emmanuel Macron, Juntos por la República, quedó en tercer lugar con un 21% de los votos, seguida por los conservadores Les Républicains y sus socios, con un 10%.
Este resultado revela el fracaso de la apuesta de Macron al convocar elecciones anticipadas tras la disolución de la cámara baja del Parlamento, una decisión tomada poco después de las elecciones parlamentarias europeas en las que Agrupación Nacional ya había derrotado al partido gobernante.
Marine Le Pen, en un discurso ante una multitud de seguidores ondeando banderas tricolores, enfatizó la importancia de obtener una mayoría absoluta en la segunda vuelta de votación el 7 de julio de 2024. "Necesitamos una mayoría absoluta para que Jordan Bardella sea nombrado primer ministro en ocho días por Emmanuel Macron", declaró Le Pen.
El objetivo ahora: obtener la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional el próximo domingo, expresó Le Pen
Jordan Bardella, el joven protegido de Le Pen, también expresó la importancia crucial de la próxima votación. "La votación de la segunda vuelta la próxima semana será una de las más decisivas en la historia de la Quinta República", afirmó Bardella.
Las proyecciones indican que la extrema derecha podría ganar entre 230 y 280 escaños en la Asamblea Nacional, aunque no alcanzaría los 289 escaños necesarios para obtener la mayoría absoluta. Este escenario abre la posibilidad de días de frenéticas negociaciones y alianzas entre partidos para definir el resultado final.
De esta manera, el pobre desempeño del partido de Macron es un momento humillante para un líder que una vez comparó su oficina con Júpiter, el antiguo rey de los dioses. El tercer lugar en estas elecciones implica que muchos de sus candidatos podrían no avanzar a la segunda vuelta, ya que necesitan ganar el apoyo del 12.5% de los votantes registrados para calificar.
La participación electoral superó el 65%, la más alta en una votación parlamentaria en tres décadas, lo que subraya la importancia y el interés en estos comicios.
Raphaël Glucksmann, un destacado socialista, también llamó a los partidos que terminaron en tercer lugar a retirarse de la carrera y formar un bloqueo contra Agrupación Nacional. "Tenemos siete días para que Francia evite una catástrofe", enfatizó. En este contexto, Macron enfrenta una posible derrota ante la extrema derecha en las elecciones legislativas del 7 de julio. Esto, luego de que Marine Le Pen haya liderado en primera vuelta las elecciones legislativas en Francia.
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