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De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México es el país con las jornadas laborales más largas a nivel mundial, causando en los trabajadores problemas de salud, familiares y laborales derivados, sobre todo, del estrés por no tener suficientes horas para descanso y esparcimiento.
En octubre de 2019 entró en vigor la norma mexicana 035 (NOM35) de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), cuyo propósito es identificar, analizar y prevenir los riesgos psicosociales como ansiedad, trastornos no orgánicos del sueño y estrés grave, a los que pudieran estar expuestos los trabajadores por un inadecuado ambiente organizacional y de trabajo.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseguró en un estudio que un 35% de los mexicanos que laboran, con edades entre 29 y 45 años, se consideran a sí mismos como adictos al trabajo y el uso de dispositivos electrónicos les aumenta entre 5 y 20 horas la carga semanal de actividades laborales.
Por otro lado, un estudio de bienestar laboral realizado a 100 empresas por el Centro de Consultoría y Capacitación de la Universidad de Gestión de Innovación de GINgroup, arrojó que en el rubro sobre "factores propios de la actividad", los trabajadores con mandos medios son los que mayor nivel de desgaste ocupacional presentan, pues suele ser en ellos en quienes recae la responsabilidad por los resultados de todo un equipo de trabajo.
Un 40 por ciento de los mexicanos que trabajan presenta el síndrome de burn-out, según los resultados de un estudio elaborado por Erika Villavicencio-Ayub, investigadora de la Facultad de Psicología de la UNAM. Dicho síndrome se manifiesta como desgaste por exceso de trabajo y ocasiona principalmente conflictos entre el trabajador y su entorno familiar por la disparidad entre cantidad y calidad de tiempo para sus actividades; así como, frustración que desencadena cuadros de estrés y no permiten un desempeño profesional saludable.
Estos datos visibilizan la importancia de evitar los niveles elevados de estrés que pudieran presentar los trabajadores durante su vida laboral, además de la responsabilidad de las empresas respecto a garantizar una sana relación compañía-empleado; ya que para la Organización Mundial de la Salud (OMS), México es el país con mayores niveles de estrés laboral.
Actualmente, no atender este problema podría generarle al trabajador problemas emocionales y físicos como trastornos gastrointestinales, cefaleas recurrentes, dolores musculares, consumo de drogas como alcohol y tabaco, depresión, neurosis, ausentismo y divorcios; y a las empresas una situación jurídica donde terminaría indemnizando al trabajador por sus padecimientos, al no cumplir con lo estipulado en la señalada NOM35.
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