Foto: Kai Pilger en Unsplash
En los últimos años y, en particular con la pandemia de Covid-19, se ha visto un auge del trabajo mediante plataformas digitales como Uber, Airbnb o Rappi. De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en la última década las plataformas digitales de trabajo se han multiplicado por cinco. Según su informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo 2021, con este crecimiento aparece también la necesidad de cooperar internacionalmente para resolver los problemas y retos de estas plataformas. Particularmente se debe trabajar en la creación de políticas que permitan oportunidades de trabajo decentes e impulsen el crecimiento de empresas sostenibles, afirma el organismo.
Las plataformas digitales de trabajo, señala el informe, han generado nuevas posibilidades laborales en particular para mujeres, personas con discapacidad, jóvenes y otros sectores al margen de los mercados laborales convencionales. Respecto a las empresas estas plataformas les han permitido el acceso a una plantilla laboral amplia, flexible y con calificaciones diversas, además de la posibilidad de expandir su cartera de clientes.
Sin embargo, la aparición de estas plataformas también ha traído nuevos problemas para los trabajadores y las empresas. En el caso de los trabajadores, se relacionan con las condiciones de trabajo, su regularidad y la de sus ingresos. También se incluye la falta de derechos de protección social, la libertad de asociación y de negociación colectiva de contratos. Según el informe de la OIT, con la crisis de la Covid-19 estos problemas se han vuelto más evidentes.
Para las empresas, las nuevas problemáticas incluyen la competencia desleal, la falta de transparencia para la fijación de precios y otros datos, junto a comisiones costosas. En el caso de las pequeñas y medianas empresas (pymes), existe también la dificultad de acceso a la financiación y a la infraestructura digital, asegura el informe.
Aunado a esto, las plataformas digitales han comenzado a difuminar el límite antes claro entre trabajadores asalariados y trabajadores autónomos. Esto en un contexto donde los términos de los contratos se definen unilateralmente y la tarea de evaluar el trabajo depende cada vez más de algoritmos y no de seres humanos.
Con el auge de las plataformas digitales de trabajo también han creado una brecha en la distribución de sus costos y beneficios. Según la OIT, el 96% de las inversiones en estas plataformas se concentran en Norteamérica, Europa y Asia, mientras el 70% de las ganancias, tan sólo en Estados Unidos y China. El trabajo en estas plataformas es externalizado por empresas del norte, mientras lo realizan trabajadores del sur ganan menos en comparación con los empleados de países desarrollados.
Pese a que esta situación se ha vuelto más evidente con la pandemia, el aumento en los empleos precarios es una tendencia en crecimiento desde antes de la Covid-19. Un estudio liderado por la Universidad de Illinois en Chicago encontró un aumento del 9% de los empleos precarios en Estados Unidos, entre 1988 y 2016. El estudio define el empleo precario como aquellos caracterizados por salarios bajos, inseguridad laboral y horarios irregulares, lo cual hace de estos empleos actividades riesgosas y estresantes para el trabajador.
Compañías dueñas de estas plataformas digitales de trabajo se han visto envueltas en batallas legales en algunas ciudades o países en un intento por regular su funcionamiento. Recientemente, en febrero de 2021, el tribunal superior de Gran Bretaña dictaminó que a los conductores de la empresa estadounidense Uber se les debe reconocer sus derechos como trabajadores. Sin embargo, la OIT subraya la necesidad de políticas coherentes y coordinadas debido al funcionamiento de estas plataformas en distintas jurisdicciones.
Los últimos años han traído consigo un aumento en la precarización del trabajo alrededor del mundo, en particular con el auge de las plataformas digitales de trabajo y la llamada "gig economy". La OIT, como organismo especializado de Organización de las Naciones Unidas, urge a mejorar las condiciones de trabajo de los trabajadores que dependen de estas plataformas. Para dar solución a los problemas y retos de esta modalidad de trabajo, señalan, es indispensable un enfoque de cooperación internacional.
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