
Foto: oas.org
La escasez de escurrimientos en los ríos tributarios del Bravo, provocada por una sequía extraordinaria durante los años 2022 y 2023, impidió que México completara la entrega de agua comprometida con Estados Unidos en el ciclo quinquenal vigente. De acuerdo con el gobierno mexicano, las condiciones climáticas redujeron significativamente el volumen disponible, lo cual activó la cláusula del Tratado de Aguas de 1944 que permite compensar los faltantes en el siguiente periodo.
Durante la conferencia matutina del 9 de diciembre de 2025, el subsecretario para América del Norte, Roberto Velasco, explicó los elementos centrales del acuerdo firmado entre ambos países. El tratado, suscrito el 3 de febrero de 1944, establece normas para el uso conjunto de las aguas del río Bravo, el Colorado y el Tijuana, así como la creación de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), organismo binacional encargado de vigilar su cumplimiento.
En lo referente al río Bravo, el documento fija que México debe entregar una tercera parte del volumen de seis afluentes: Conchos, San Diego, San Rodrigo, Escondido, Salado y Las Vacas. Esa entrega debe alcanzar, en promedio, 431.721 millones de metros cúbicos anuales, acumulando un mínimo de 2,158 millones cada cinco años.
A cambio, México recibe 1,850 millones de metros cúbicos anuales del río Colorado, según lo establecido en el artículo 10 del tratado. Esta asignación forma parte de un sistema de reciprocidad que busca asegurar el aprovechamiento equilibrado de los recursos hídricos fronterizos.
Velasco precisó que el artículo cuarto del tratado permite reponer en el siguiente ciclo quinquenal los volúmenes no entregados, siempre que se acrediten condiciones de sequía extraordinaria. Con base en registros históricos, los escurrimientos durante 2022 y 2023 fueron los más bajos desde 1953, superando los límites definidos para clasificar una sequía como severa.
Para cumplir con el tratado, México depende del agua almacenada en las presas internacionales Falcón y La Amistad. No obstante, al cierre de 2025, ambas reportan niveles críticos: menos del 9% de su capacidad útil en La Amistad y menos del 4% en Falcón. Según lo explicado, estos volúmenes se destinan prioritariamente al abastecimiento de 13 ciudades fronterizas mexicanas durante la temporada de estiaje.
El tratado también establece procedimientos técnicos y reuniones bilaterales para evaluar condiciones hidrológicas. En 2025, ambas secciones de la CILA sostuvieron encuentros el 23 de abril, 15 de agosto, 25 de noviembre y 4 de diciembre, con el propósito de acordar medidas extraordinarias. Estos mecanismos forman parte de la arquitectura institucional prevista por el acuerdo para resolver controversias sin comprometer los derechos hídricos de la población.
Finalmente, el cumplimiento de este instrumento jurídico permanece vigente, y su interpretación continúa regida por los términos firmados en 1944. Las autoridades mexicanas reiteraron, durante la presentación, la disposición de cumplir con las obligaciones adquiridas, siempre que se respeten los límites establecidos por la capacidad técnica, el almacenamiento disponible y el derecho humano al agua.
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