Ciudad de México,
Judith Moreno
Crédito foto: Gobierno de México
Durante la conferencia matutina del 17 de septiembre, la presidenta Claudia Sheinbaum abordó el sentido histórico y simbólico de las modificaciones realizadas en su primer Grito de Independencia, en particular la forma en cómo mencionó a Josefa Ortiz. En esta edición de la ceremonia, decidió omitir el tradicional "de Domínguez" y utilizar su apellido de soltera: Téllez-Girón.
Así, desde el salón Tesorería de Palacio Nacional, explicó su decisión con un planteamiento sobre la autonomía de las mujeres en la historia nacional. "Había esta idea de que pasabas de ser hija de a esposa de. Entonces, claro que yo amo a mi marido, lo quiero mucho, pero no soy de él, yo soy yo y él es él", afirmó la mandataria.
También, Sheinbaum reflexionó sobre la ausencia de referentes femeninos en los relatos históricos enseñados en las escuelas. Recordó que, durante su formación básica, el único nombre femenino que se mencionaba era el de la Corregidora. "Solamente José Fortis de Domínguez, la Corregidora, era parte de lo que nos enseñaban como la independencia, solamente era una mujer", señaló.
En el Grito realizado en el balcón central de Palacio Nacional, la presidenta incluyó a otras mujeres en su arenga, como Gertrudis Bocanegra, Leona Vicario y Manuela Molina, la Capitana. A ellas se sumó una mención colectiva a las "heroínas anónimas", en una de las arengas más extensas de los últimos años. Sobre ello, expresó: "Es muy importante reconocer a las heroínas. Después a las heroínas anónimas, a los héroes anónimos también".
Igualmente, este cambio en el discurso presidencial formó parte de una reflexión más amplia sobre el papel de las mujeres en la historia de México. Sheinbaum mencionó casos como el de Manuela Molina Medina, mujer indígena nombrada capitana por Morelos, y el de Gertrudis Bocanegra, fusilada tras negarse a revelar información de insurgentes.
El enfoque de la presidenta marcó una diferencia con lo registrado en sexenios anteriores. Desde que Porfirio Díaz institucionalizó la ceremonia en Palacio Nacional en 1896, cada mandatario imprimió un estilo propio en las arengas, ya sea con inclusión de figuras históricas, valores sociales o consignas ideológicas. En esta ocasión, el acto cívico fue encabezado por una voz femenina por primera vez.