Ciudad de México,
Axel Olivares
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
El gobierno de México oficializó la prohibición del maíz transgénico en el país mediante una reforma constitucional. La presidenta Claudia Sheinbaum firmó el decreto el 17 de marzo durante su conferencia matutina, con el objetivo de garantizar que la producción de maíz en el territorio nacional permanezca libre de modificaciones genéticas.
Desde finales de 2024, el Gobierno busca prohibir esta práctica. En febrero de 2025, la iniciativa fue debatida en la Cámara de Diputados, el Senado y los Congresos Locales, hasta obtener su aprobación. Ahora, con su próxima publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF), se concreta la reforma de los artículos 4 y 27 de la Constitución, estableciendo nuevas disposiciones en materia de biodiversidad y soberanía alimentaria.
La modificación constitucional estipula que el cultivo de maíz en México deberá realizarse exclusivamente con semillas nativas, evitando el uso de organismos genéticamente modificados. Según el gobierno, la intención es preservar la biodiversidad agrícola y fortalecer el desarrollo rural mediante la protección de variedades tradicionales.
"México es centro de origen y diversidad del maíz que es un elemento de identidad nacional y alimento básico que precede de la existencia en los pueblos indígenas y afromexicanos. Su cultivo en territorio nacional debe ser libre de modificaciones genéticas producidas con técnicas que superen las barreras naturales de la reproducción o la combinación como las transgénicas", señaló Sheinbaum.Además, la reforma considera el desarrollo agropecuario como un tema de interés público. Esto implica que el gobierno deberá planear, organizar y supervisar la producción agrícola, su industrialización y comercialización bajo estos nuevos lineamientos.
En México, el uso del maíz transgénico fue un tema controversial durante años. Mientras que algunos sectores argumentan que estas variedades mejoran los rendimientos agrícolas y reducen el uso de pesticidas, otros sostienen que representan riesgos para la biodiversidad y la salud humana.
Los críticos de los cultivos transgénicos señalan que su uso está asociado con herbicidas como el glifosato, cuya exposición fue motivo de debate por posibles efectos adversos en la salud. Además, existe preocupación por la contaminación genética de las variedades nativas, lo que podría comprometer la diversidad del maíz en el país.
Prohibir el maíz transgénico implica un cambio en las políticas agrícolas de México y plantea desafíos tanto para los productores como para la industria agroalimentaria. Aún queda por determinar cómo se llevará a cabo la transición y qué medidas se implementarán para garantizar el cumplimiento de la nueva legislación.