Superávit durante segundo trimestre refleja debilitamiento en economía interna

 31-08-2019
Emiliano Fuentes
   
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Foto: Pedro Basilio (NotiPress)

Foto: Pedro Basilio (NotiPress)

Como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), el superávit de la cuenta corriente se ubicó en 1.6 % en el segundo trimestre 2019, nivel que se compara con el déficit de 1.1 % del PIB registrado en el mismo periodo de 2018. Estos datos distan de ser una señal de buena salud para la economía mexicana como el gobierno ha destacado.

Actualmente, el superávit histórico está muy relacionado con una fuerte caída en las importaciones no petroleras, lo que es reflejo de la caída drástica en el consumo privado en México, según informe del Banco de México (Banxico) a finales de agosto de 2019.

Otro dato a tomar en cuenta es la contracción significativa de la inversión en recientes meses. El problema superavitario en el segundo trimestre del 2019, estuvo fuertemente relacionado con una disminución en la inversión extranjera directa, fuente importante de financiamiento para el desarrollo y crecimiento del país. Con esto, se refuerza la idea de que el reciente superávit de la Cuenta Corriente es síntoma de falta de confianza de los empresarios extranjeros a la hora de emprender proyectos y no son buenas señales para la economía.

Un superávit de la Cuenta Corriente significa que los mexicanos hacen un gasto menor a su ingreso. Cabe aclarar que el déficit o superávit de cuenta corriente tiene su origen en dos sectores internos y no es malo o bueno per sé. Sin embargo, en el caso mexicano el superávit es reflejo de una debilidad en la economía doméstica.

Lo más natural en economías como la mexicana, es reportar déficits en Cuenta Corriente como los que se venían reportando, ya que ello implica atraer recursos externos para complementar los internos para desarrollarnos. Esto permite incrementar las importaciones por encima de las exportaciones e invertir más allá de lo ahorrado.

Si el sector privado invierte menos generará un superávit de cuenta corriente, de la misma forma que un gobierno que ha disminuido el gasto radicalmente como el de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ocurre el fenómeno descrito.

Un factor de relevancia en el segundo trimestre de 2019, fueron las remesas que registraron un flujo de 9,403 millones de dólares superando la entrada de 9,000 millones obtenida en el mismo periodo del 2018.

Asimismo de abril a junio 2019, la inversión en cartera se contrajo 4,050 millones de dólares al sumar una entrada de flujos de cartera de 4,255 millones de dólares durante el primer semestre, significando la menor entrada de capital para un periodo similar en los últimos tres años aportando argumentos para el superávit.

Por lo tanto, el superávit de la cuenta corriente reportado en el segundo trimestre de 2019, no es un síntoma de fortaleza puesto que se deriva del estancamiento productivo en la economía, una baja inversión extranjera y un debilitamiento de la economía doméstica.




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