
Foto: Sergio F Cara (NotiPress/NotiPress)
Durante la homilía del Tedeum celebrado el 25 de mayode 2025 en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, el arzobispo Jorge García Cuerva ofreció un mensaje con fuerte tono social, marcado por la denuncia del sufrimiento de los sectores más vulnerables y la crítica a la indiferencia institucional frente a la pobreza.
En su reflexión, el arzobispo señaló que "nuestro país también sangra", y enumeró situaciones concretas de exclusión: "Tantos hermanos que sufren la marginalidad y la exclusión. Tantos adolescentes y jóvenes víctimas del narcotráfico, que en algunos barrios es un estado paralelo. [...] Y los jubilados que merecen una vida digna, con acceso a los remedios y a la alimentación".
Asimismo, denunció el alejamiento de algunos sectores del poder respecto a la realidad social:
"Argentina sangra en la inequidad entre los que se laburan todo y los que han vivido de privilegios, que los alejó de la calle, de los medios de transporte público, de saber cuánto valen las cosas en un supermercado" .
García Cuerva advirtió sobre el riesgo de asumir una postura derrotista ante el sufrimiento colectivo. Recordó la escena bíblica en la que algunos personajes dicen "ya murió, ya no hay nada que hacer", y reflexionó:
"Transformándonos en agoreros de malas noticias, en profetas de calamidades, incluso escuchando todo el tiempo a los que nos envenenan el alma" .
Con un llamado a la esperanza activa, instó a superar la indiferencia:
"Argentina no está muerta, sino que a veces estamos adormecidos por la indiferencia y el individualismo" .
También criticó los discursos de odio en el espacio público y digital, aludiendo al "terrorismo de las redes", y afirmó:
"Hemos pasado todos los límites. La descalificación, la agresión constante, el destrato, la difamación, parecen moneda corriente" .
Hacia el final del mensaje, García Cuerva reclamó una nueva actitud ante el sufrimiento de los más pobres:
"Nuestras decisiones y políticas públicas tienen que tener rostros concretos, historias reales que nos tienen que conmover. Como hoy Jesús se conmovió ante tanto dolor" .
Y concluyó con una imagen contundente sobre la situación social del país:
"Muchos hermanos tienen hambre de pan, incluso revolviendo basura, buscando qué comer. Pero todos también tenemos hambre de sentido de vida, hambre de Dios [...] hambre de esperanza capaz de despertar la ternura y sensibilizar el corazón"
Con una prédica centrada en el dolor de los sectores excluidos y el llamado urgente a recomponer lazos sociales, el arzobispo Jorge García Cuerva propuso una mirada esperanzada pero comprometida. Al invocar a Jesús como modelo de compasión activa, pidió a la dirigencia política que se conmueva ante las heridas abiertas del país y actúe con valentía: no desde la comodidad, sino desde la responsabilidad compartida.
DESCARGA LA NOTA SÍGUENOS EN GOOGLE NEWS