Ciudad de Buenos Aires,
Axel Olivares
Crédito foto: Patricia Manero (NotiPress/Composición)
En una exposición para conmemorar los 10 años del "Primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares", el papa Francisco cuestionó al Gobierno de Javier Milei y el protocolo antipiquetes impulsado por el Ministerio de Seguridad. Acompañado de dirigentes sociales como el excandidato a presidente, Juan Grabois, el sumo pontífice condenó el accionar de las fuerzas de seguridad durante las protestas frente al Congreso durante el tratamiento del veto presidencial por la ley de movilidad jubilatoria.
Durante el evento, realizado en el Palacio San Calixto en Trastevere, Roma, el papa advirtió que "el silencio frente a la injusticia abre paso a la división social, la división social a la violencia verbal, la violencia verbal a la violencia física y la violencia física a la guerra de todos contra todos". En este sentido, se refirió a las fuerzas federales que fueron el centro de la polémica por rociar con gas pimienta a una niña de diez años.
Además, se dirigió puntualmente al Gobierno argentino al comentar: "Me hicieron ver una represión, hace una semana o un poco menos. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle. Y la policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad. Y no tenían derecho a reclamar lo suyo, porque eran revoltosos, comunistas, no, no. El Gobierno se puso firme y en vez de pagar la justicia social pagó el gas pimienta, le convenía. Ténganlo en cuenta eso".
Por su parte, el vocero presidencial, Manuel Adorni, aseguró en conferencia de prensa en Casa Rosada el 20 de septiembre que el Gobierno respeta su opinión. "Es la opinión del papa Francisco la cual nosotros respetamos, escuchamos y hasta reflexionamos sobre lo que dice el Papa, pero no tenemos por qué compartir la visión que tiene sobre algunas cuestiones". Aun así, agregó Adorni "el respeto es total y absoluto".
Asimismo, el Papa Francisco hizo referencia a un presunto hecho de corrupción. Según le comentó un empresario extranjero al líder de la iglesia católica, un funcionario argentino le habría solicitado una "coima" a cambio de un proyecto de inversión.
"Me contaba un emprendedor internacional, que estaba haciendo en Argentina unas inversiones de extensión de eso que ellos estaban llevando adelante, que trabajan muy bien y fue un acuerdo. Fue a presentar al ministro un nuevo plan de nuevas extensiones, el ministro lo atendió muy bien y dijo ‘déjemelo, ya lo van a llamar’", contó el Papa.
Agregó: "al día siguiente, el secretario del ministro lo llamó, le dijo si puede pasar ‘en dos días, así le entregamos el permiso’. Pasó, le entregó los papeles y la firma...y cuando él se estaba por levantar, le dijo: ¿y para nosotros, cuánto? La coima. El diablo entra por el bolsillo, no se olviden".
Con respecto a esta acusación, Adorni señaló que, de ser así, la Justicia tomará las medidas adecuadas. "La verdad es que no sé de dónde viene el comentario, pero bueno, claramente si hay un hecho que hay que investigar, se investigará", afirmó.
Sobre la continuidad de la relación con el papa, la cual comenzó de la peor forma cuando Milei todavía en campaña se refirió a Francisco como "el representante del maligno sobre la Tierra", el vocero aseguró que "es una discusión zanjada" y, actualmente, se mantiene una buena relación con Bergoglio, algo que Adorni ilustró con la visita de la ministra de Capital Humano, Sandra Petovello al Vaticano.
Hasta el momento, el Papa ha jugado en un campo ambivalente que incluye a las antípodas de la política argentina en su totalidad. Sin embargo, las recientes declaraciones resaltan un contraste más sólido en cuanto a la dicotomía actual.