
Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
Cuando las personas en Argentina enfrentan malestar psicológico, su primera reacción no es acudir a un profesional de la salud mental, sino hablar con amigos. Así lo reveló el estudio 2024 del Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Universidad de Buenos Aires, que analizó el estado emocional de 4.822 personas adultas en todo el país.
Entre las estrategias más frecuentes frente a problemas emocionales, el 35,80% de los participantes declaró que opta por dialogar con amistades. En contraste, el 21,97% acude a un profesional psicólogo, mientras que el 21,21% prefiere tomar medicación. Otros mecanismos mencionados fueron la práctica del rezo (22,16%) y la actividad física (16,44%). Solo un 4,37% indicó que recurre al consumo de alcohol.
Los datos reflejan patrones culturales arraigados y también limitaciones estructurales en el acceso al sistema de salud mental. De acuerdo con el informe al que accedió NotiPress, apenas el 26,07% de los encuestados afirmó estar en tratamiento psicológico. De quienes no lo están, más de la mitad —el 55,32%— manifestó que siente la necesidad de hacerlo, pero no logra acceder. El impedimento más frecuente fue la falta de recursos económicos para pagar el servicio (39,72%).
A pesar de que Argentina cuenta con una de las mayores proporciones de psicólogos por habitante en el mundo, persisten barreras como la falta de cobertura por obras sociales o prepagas, escasez de servicios gratuitos y dificultades para acceder a turnos presenciales u online. Esta situación acentúa la desigualdad en el abordaje de los trastornos mentales, especialmente entre los sectores de menores ingresos.
Según el informe, la mayoría de los indicadores de riesgo —como ansiedad, depresión o riesgo suicida— son significativamente más altos entre los jóvenes y quienes se identifican con niveles socioeconómicos bajos. En este grupo, el uso del diálogo con amistades como primera opción puede ser también una consecuencia de la falta de recursos formales disponibles.
Desde el plano clínico, los especialistas coinciden en que el apoyo social cumple un rol protector importante frente a las dificultades emocionales. Sin embargo, alertan que no siempre es suficiente. En contextos donde hay sintomatología severa o persistente, el acompañamiento profesional es clave para evitar que los cuadros se agraven o se cronifiquen.
El OPSA explica que hablar con amigos puede mitigar el malestar en muchos casos, pero subraya la necesidad de impulsar políticas públicas que garanticen el acceso oportuno a tratamientos psicológicos. Además, recomienda fomentar conductas saludables y desalentar prácticas de riesgo, como el consumo de sustancias en contextos de angustia.
Un símbolo de la preferencia por hablar con amigos es probable que haya nacido de la serie "Amigos son los amigos", emitida en los años 1990. Si bien el estudio de la UBA no habla al respecto, la cultura argentina acumula experiencias en el consciente colectivo que se asemejan a lo que proyectaba la televisión hace un par de décadas.
Frente a estos hallazgos, el informe propone ampliar los canales de atención, incrementar la disponibilidad de servicios gratuitos y promover campañas de concientización que reduzcan la brecha entre necesidad y atención. La conclusión del estudio es clara: el diálogo con el entorno cercano tiene valor, pero no reemplaza la intervención profesional en salud mental. Como revelación, la amistad y hablar sobre los temas de la vida tiene un efecto terapéutico que la psicología no puede negar.
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