Ciudad de Buenos Aires,
Axel Olivares
Crédito foto: X @JMilei
Bajo el pragmatismo en su mayor esplendor, el presidente Javier Milei se reunió con su par chino, Xi Jinping, durante la segunda jornada de la Cumbre del G20 en Rio de Janeiro. Ambos mandatarios se encontraron para diseñar una hoja de ruta que contemple las principales necesidades de Argentina y vaya en sintonía con los intereses del gigante asiático en la región.
La cita oficial se dio en el Hotel Sheraton bajo estrictas medidas de seguridad. En el encuentro de 30 minutos, el presidente argentino estuvo acompañado de su hermana, Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, Gerardo Werthein, ministro de Relaciones Exteriores y Luis Caputo, ministro de Economía.
Encontrándose en las antípodas del régimen comunista chino, Milei accedió bajo un tono pragmático a reunirse con el líder asiático a pesar de oponerse a la idea un año antes. "Nosotros no hacemos pacto con comunistas. Yo no promovería la relación con comunistas. Ni con Cuba, ni con Venezuela, ni con Corea del Norte, ni con Nicaragua, ni con China", admitió durante la campaña presidencial.
No obstante, por recomendación del ministro de Hacienda y el titular del Banco Central, Santiago Bausili, Milei se dispuso a tomar la mano del país asiático que funciona como un soporte financiero a través de un swap por 5 mil millones de dólares con libre disponibilidad. Asimismo, el país asiático funciona como un mercado potencial de más de mil millones de personas para la exportación de pollo y soja.
Teniendo esto en cuenta, la opinión de Milei sobre China tuvo un giro rotundo. Esto se vio reflejado durante una entrevista con Susana Giménez en donde aseguró que "China es un socio comercial muy interesante porque ellos no exigen nada, solo piden que no los molesten".
Por su parte, el gigante asiático tiene bien claro cuáles son sus objetivos en el país sudamericano. La mira está puesta en proyectos como las represas hidroeléctricas en Santa Cruz que están paralizadas desde hace casi un año, las centrales nucleares en Buenos Aires y un puerto de aguas profundas en Tierra del Fuego. China también aspira por el control de la Hidrovía, y el acceso sin límites a los yacimientos de cobre y litio.
Sin embargo, la administración libertaria se encuentra en un dilema ya que el presidente argentino aspira también a consolidar las relaciones con el némesis comercial de China, Estados Unidos. Luego de que se confirmara el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, Milei busca más que nunca alinearse con el país norteamericano en una relación ideológica-comercial que beneficie a ambas partes. No obstante, la batalla comercial contra China que Trump prometió acentuar durante los próximos cuatro años, podrían ser un condicionante para los planes del líder de Estado argentino.
Durante su participación en el G20, Milei utiliza la cumbre como una oportunidad para tener reuniones bilaterales con países que no pertenecen al bloque occidental para afianzar intereses eminentemente comerciales. Luego de Xi, Milei tiene prevista una reunión con el primer ministro indio, Narendra Modi. Además, tiene planificado reunirse con la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, para avanzar con el acuerdo, y especialmente con la posibilidad de levantar el cepo financiero, lo cual podría representar un desembolso extra que fortalezca las reservas del Banco Central.