Foto: X @rafaelmgrossi
Argentina formalizó la candidatura de Rafael Mariano Grossi al cargo de secretario general de las Naciones Unidas para el periodo 2027–2031. El actual director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) fue respaldado por el Ministerio de Relaciones Exteriores mediante un comunicado oficial. Allí destacaron su trayectoria diplomática y su rol clave en temas de seguridad nuclear y cooperación multilateral.
Desde 2019, Grossi encabeza la principal agencia de control nuclear del sistema de Naciones Unidas. Su reelección en 2023 confirmó el respaldo internacional a su gestión. Bajo su dirección, el organismo mantuvo operaciones en escenarios críticos como Ucrania, Irán y Libia, en un contexto global marcado por tensiones geopolíticas y riesgos de proliferación nuclear. Fue el primer latinoamericano en asumir ese cargo, tradicionalmente reservado a representantes europeos o asiáticos.
En su presentación oficial como candidato, Grossi definió cinco prioridades clave para una ONU "renovada, eficaz y creíble". La primera es la acción por la paz y la seguridad. Señaló que el organismo debe volver a su misión fundacional con una diplomacia activa y evaluaciones imparciales. "Incluso en tiempos de división, las instituciones multilaterales pueden generar un impacto real y positivo", afirmó en su propuesta.
La segunda prioridad del plan propuesto plantea el desarrollo mediante soluciones realistas y sostenibles. Grossi advirtió sobre el bajo avance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y sostuvo que, con solo 18% de sus metas en marcha, "los ODS siguen siendo aspiraciones incumplidas". Llamó a fortalecer alianzas colaborativas que garanticen progreso tangible.
En materia de derechos humanos, el diplomático propuso una respuesta efectiva frente a la violencia y la discriminación. Consideró que el compromiso de Naciones Unidas debe traducirse "no solo mediante declaraciones, sino a través de una presencia efectiva sobre el terreno".
También planteó la necesidad de modernizar la estructura institucional, cuestionó la acumulación de mandatos superpuestos y propuso tomar la iniciativa UN80 como punto de partida para una reforma operativa. Según Grossi, esta transformación debe alinear los recursos con las prioridades acordadas por los Estados miembros.
Finalmente, subrayó la importancia de un multilateralismo "pragmático y de principios". En su visión, el secretario general debe dialogar con todas las partes y actuar con propósito, incluso en momentos de desacuerdo. "El mundo sigue necesitando a las Naciones Unidas. Pero deben ser una Organización de las Naciones Unidas que funcione", expresó.
Además del respaldo institucional, Grossi mantiene una relación fluida con el presidente argentino Javier Milei, quien valoró públicamente su experiencia y perfil técnico. A diferencia del vínculo cercano con Grossi, la relación de Milei con António Guterres no mostró la misma sintonía hasta el momento.
Otros candidatos en consideración incluyen a figuras como Michelle Bachelet, Rebeca Grynspan, María Fernanda Espinosa, Mia Mottley, Alicia Bárcena y Jacinda Ardern. La selección dependerá del Consejo de Seguridad, que debe recomendar un nombre a la Asamblea General, con acuerdo de sus cinco miembros permanentes.
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