Foto: Sergio F Cara (NotiPress)
Los inmigrantes venezolanos en Argentina, que no llegaban ni al 1% de la población en 2010, se incrementan en la última década luego de la profunda crisis humanitaria que azota Venezuela que ya expulsó a 8 millones de personas. Con la cuestionable reelección de Nicolás Maduro, se espera que la diáspora venezolana se intensifique aun más en los próximos años.
Después de la pandemia, una gran multitud llegó a Argentina. De acuerdo con datos del Registro Nacional de Personas (Renaper), actualmente viven en el país 197.395 venezolanos. La mayoría (85%) reside en la provincia de Buenos Aires y en Capital Federal.
Si bien no supera la comunidad paraguaya y boliviana en el país, los venezolanos registran la mayor cantidad de permisos de residencias permanentes tramitados en la Argentina. "A diferencia de otras comunidades, la venezolana se regulariza. Lo hacemos porque el 60% de los adultos tenemos título universitario, con lo cual es más fácil ingresar al mundo laboral", explicó a La Nación Rafael Monsalve, presidente de la Asociación Civil de venezolanos en el AMBA (AVBA).
La comunidad venezolana logró instalar su cultura en el país a través de varios emprendimientos y campañas solidarias para ayudar a los migrantes a adaptarse a su nueva residencia. Sin embargo, esto parece estar recién comenzando ya que está en plena conformación la Casa de Venezuela, una nueva y más ampliada sede de la AVBA, que tendrá por objetivo principal ayudar a la comunidad migrante a regularizar su situación en el país.
Esto ocurre bajo un gran desamparo por parte de la embajada de Venezuela en Argentina la cual se encuentra cerrada desde el 29 de julio, fecha en la cual Nicolás Maduro decidió quitar su personal diplomático del país. Luego de esa decisión, los trámites de varios residentes se vieron perjudicados.
Charbel Najm, vicepresidente de Alianza por Venezuela, señala: "En la Argentina, a diferencia de otros países, la receptividad que hemos tenido ha sido muy positiva pero, de todas formas, migrar es muy difícil", confiesa a La Nación. Además, agrega: "De alguna forma, tarde o temprano te adaptas. Y un día te encuentras desayunando una medialuna en lugar de una arepa".
Según el censo de 2022, casi la mitad de los migrantes venezolanos en Argentina tienen entre 25 y 39 años, mientras que un 24% está entre los 40 y 65 años. Los adultos mayores, aunque son una minoría, enfrentan mayores dificultades para adaptarse a su nueva vida. Muchos pasaron de tener una vida acomodada en Venezuela a vivir en condiciones precarias en Argentina, con algunos obligados a regresar al mercado laboral. La soledad y la nostalgia son los desafíos emocionales más comunes en este grupo.
Argentina ofreció un recibimiento positivo a los migrantes venezolanos, en contraste con experiencias de discriminación reportadas en otros países de la región. Políticas como la simplificación de la revalidación de títulos profesionales en 2018 y la disposición 388/2024, que permite tramitar la residencia con documentos vencidos, facilitaron la integración de esta comunidad. Sin embargo, persisten obstáculos para que muchos logren ejercer sus profesiones y regularizar completamente su situación migratoria.
El flujo migratorio venezolano hacia Argentina podría intensificarse tras las elecciones en Venezuela. Según la ONU y ACNUR, se estima que cinco millones más podrían salir del país. Mientras algunos migrantes en Argentina perdieron la esperanza de regresar, otros sueñan con un cambio político para volver a su tierra natal. A pesar de la incertidumbre, muchos mantienen el optimismo y la expectativa de un futuro mejor, ya sea en su país o en la nación que ahora los acoge.
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