
Foto: Sergio F Cara (NotiPress)
Las ventas minoristas de las pequeñas y medianas empresas cerraron noviembre con una caída interanual del 4,1%, según informó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). La contracción afectó a la mayoría de los rubros comerciales, aunque persisten expectativas favorables para el próximo año, a pesar de un contexto económico marcado por el consumo restringido y la incertidumbre financiera.
En la comparación mensual desestacionalizada, el informe de CAME reflejó una baja del 9,1%, revirtiendo el repunte del 2,8% registrado en octubre. Con estos resultados, el acumulado anual de ventas aún mantiene un incremento del 3,4% frente al mismo período del año anterior.
El relevamiento indicó que el 54,2% de los comercios percibe una situación económica estable respecto al año pasado, mientras que el 37% reportó un deterioro, cuatro puntos por encima de octubre. No obstante, de cara a 2026, el 48,6% anticipa una mejora, el 43,7% no espera cambios y solo el 7,7% prevé un escenario negativo.
Con respecto al clima de inversión, el 60,1% consideró desfavorable el contexto actual para realizar desembolsos de capital. Solo el 14,6% lo evaluó como adecuado y un 25,2% aún no definió una postura.
"El cierre de noviembre consolida un escenario de consumo dual, donde la restricción presupuestaria y el agotamiento de los límites de financiación profundizaron la brecha entre la demanda de bienes esenciales y los consumos postergables", señaló CAME. La entidad también destacó un "desacople entre la coyuntura actual y las expectativas", con comerciantes que "sostienen una proyección optimista para el próximo año".
Al analizar cada sector, seis de los siete rubros relevados registraron caídas interanuales. Las más pronunciadas se observaron en Perfumería (-17%), Bazar y decoración (-9,7%) y Alimentos y bebidas (-5,9%). El único sector con crecimiento fue Farmacia, con un incremento del 1,8%.
Perfumería sufrió una baja mensual del 14,6%, influida por una estacionalidad negativa tras el Día de la Madre y la aceleración inflacionaria. "Desde la oferta, el escenario se describió como incierto debido a la falta de políticas claras para la industria sectorial", apuntó CAME. Los referentes del rubro advirtieron además sobre la "desregulación en el ingreso de mercadería importada" y la "falta de controles efectivos".
Bazar y decoración también mostró señales de retracción por el encarecimiento del crédito y la caída del consumo de bienes durables. Comerciantes reportaron como principal obstáculo las altas tasas de interés, que dificultan la rotación de inventario. Para contrarrestar el efecto, se adelantaron promociones y la exhibición de productos de temporada con la esperanza de una mejor demanda en diciembre.
En alimentos y bebidas, la pérdida de poder adquisitivo y la persistencia inflacionaria en la canasta básica redujeron la demanda a productos esenciales y marcas económicas. Las ventas también se vieron afectadas por la falta de liquidez, incluso después del proceso electoral, lo que impidió una reactivación del consumo masivo.
Por su parte, el desempeño positivo de farmacias estuvo vinculado a factores estacionales como la amplitud térmica y el aumento de cuadros alérgicos. Sin embargo, la demanda se mantuvo racionalizada, con los consumidores priorizando medicamentos esenciales ante la suba de precios. Las farmacias enfrentaron tensiones financieras por los plazos de cobro de obras sociales y la burocracia administrativa, lo que obligó a reforzar los controles de stock.
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