Golgi: tecnologías bioquímica e informática para sembrar un futuro libre de plásticos

Los productos de Golgi llevan en su interior una semilla que puede germinar si dichos vasos o platos desechables son enterrados

El polímero ecoamigable que sirve de base a los productos Golgi no sólo es realmente biodegradable, además alberga semillas de flores, hortalizas o árboles

Juana Gámez es maestra en ingeniería bioquímica, Alejandro Aguirre es ingeniero industrial y Raúl Eusebio es ingeniero en electrónica, robótica y mecatrónica; estos tres jóvenes originarios del mágico pueblo Atlixco (ubicado en Puebla, a un par de horas del volcán Popocatépetl) son socios fundadores de Golgi, una empresa emergente mexicana basada en tecnologías bioquímica e informática y cuyo propósito es sembrar un futuro libre de plásticos. Alrededor de cuatrocientos kilogramos de basura plástica llega a los océanos cada segundo, productos desechables con una vida útil de unos quince minutos tardan entre cien y más de mil años en degradarse; Golgi trabaja para cambiar esto, desea contribuir a formar sociedades más sustentables y amigables con el medioambiente.

Hoy en día muchos productos se venden como biodegradables, pero en realidad no lo son, explica en entrevista para NotiPress Aguirre: "La mayoría de los productos que tú encuentras en el mercado son compostables, es decir, no se degradan en condiciones de ambiente natural; solamente se degradan en una composta industrial. Nuestros productos realmente se degradan en condiciones naturales del ambiente". Las características del polímero ecoamigable desarrollado por Golgi hace posible depositar una semilla en el interior de cada artículo (vaso o plato desechable), simiente que puede germinar y convertirse en una flor, una hortaliza e incluso un árbol: "Cuando termines de usar tus desechables, los entierras y verás cómo se degradan y aparte crece una planta".

¿Qué sería de este emprendimiento sin una aplicación móvil en la era de las redes sociales? Por sí solos, los productos de Golgi son muy atractivos, en particular para las generaciones centenial (Z) y millennial (Y), pues tanto millennials como centennials se han caracterizado por su preocupación y sus acciones relacionadas con el cuidado del medioambiente. Pero, conscientes no sólo de la problemática a resolver sino además de cómo potenciar los alcances de su solución, los tres atlixquenses decidieron complementar su innovación a través de una app, a fin de facilitar el seguimiento del cuidado de las plantas que nacerán de los desechables Golgi; eso no es todo, el programa además permitirá a los usuarios compartir en redes sociales el crecimiento de las plantas y emitirá recordatorios de cuándo deben ser regadas.

Eusebio, Gámez y Aguirre se conocieron a través de emprendimientos previos o por asistir a la misma universidad: "Raúl y yo somos estudiantes del Instituto Tecnológico Superior de Atlixco. Tuvimos algunos proyectos afines. Alejandro está todo el tiempo innovando, él siempre ha tenido buenas ideas; como parte de esto, tuvo una empresa emergente con Raúl antes de Golgi. Raúl es muy bueno en la parte de programación y en la de gestión de proyectos. Ya conocían el medio, habían ido a algunas capacitaciones y demás. Después entré yo, con la parte de los polímeros; desarrollé un polímero ecoamigable como parte de mi maestría" en el Instituto Tecnológico de Celaya", recuerda la directora de tecnología de Golgi.

Así, un día, platicando sobre ese polímero, surgió la inquietud de hacer algo con esa tecnología, ayudar con él al medioambiente; dedicaron todo 2017 a crear el material para hacer los desechables. "Al principio fue difícil, porque cuando estás empezando y solamente tienes una idea, cuando nadie te conoce, es muy difícil. Nos tocó presentar el proyecto y que no nos creyeran capaces de hacerlo", cuenta Eusebio, jefe de operaciones de Golgi. Sin embargo, conforme el emprendimiento comenzó a consolidarse, una vez empezaron a llegar los premios y reconocimientos, las cosas se volvieron un poco más fáciles: "... tanto los empresarios como las incubadoras, ya nos volteaban a ver, ya era más fácil que nos abrieran las puertas", continúa el emprendedor.

Luego de desarrollar el polímero ecoamigable, los emprendedores tuvieron un 2018 muy ocupado:

- incubación en Startup México,

- primer lugar del Reto Ideas Hechas en México (organizado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la Red Puntos México Conectado),

- tercer lugar del Premio Innovación Sustentable de Walmart México y Centroamérica.

El primer semestre de 2019 ha sido igual de ajetreado:

- exposición itinerante autónoma en la Feria de Electrónica de Consumo (CES o Consumer Electronics Show) en Las Vegas (Nevada, Estados Unidos),

- campaña de fondeo colectivo (necesitaban capital para instalar su propia planta de producción industrializada y así comenzar a vender sus productos),

- afinación de detalles con SociaLab respecto al proyecto con Walmart, buscan darle un toque más social (deben presentar a la empresa una solución adaptable a las tiendas o anaqueles de la cadena de supermercados),

- exitosa participación en Emprendidos (Ayuntamiento del Municipio de Puebla) y Arranca tu Empresa (Gobierno del Estado de Puebla),

- ganadores de la etapa regional (Puebla) del Xchallenge de Cleantech Challenge,

- ganadores del cuarto lugar en dos categorías del Premio Latinoamérica Verde 2019.

Dos años y medio les han bastado para hacerse de tales logros, ¿cuáles son las metas de Golgi para 2020? "Como empresa, estar bien establecidos, ser un organismo independiente, proveer soluciones, generar empleo y ser actores de la economía circular en la región", comparte Eusebio. Golgi pone las tecnologías de bioquímica e informática al servicio de su misión: sembrar un futuro libre de plásticos. Aguirre, director ejecutivo de la empresa emergente, declara: "Antes de Golgi, nosotros veíamos las noticias, leíamos acerca del cambio climático... y, la verdad, sí lo sabíamos pero no nos importaba tanto. Ahora estamos muy conscientes y muy comprometidos: debemos hacer algo, todos".

Ser una empresa emergente de base tecnológica originaria de Atlixco no ha sido cosa fácil; conjugar bioquímica e informática con el objetivo de sembrar un futuro libre de plásticos es algo apasionante, más el llevar el proyecto al punto donde se encuentra ahora les ha costado mucho esfuerzo. "Si realmente queremos crecer, necesitamos la ciencia. Nuestro gobierno, nuestro sistema educativo, nos forman para ser obreros. Apoyar el emprendimiento debe ser indispensable en cualquier nación; y más en un país como México, para mejorar los índices de pobreza, acabar con el hambre... Todo esto se soluciona con emprendimientos, no hay de otra", opina Eusebio. Y Gámez concluye: "<