Apps que apuestan por ser "más verdes" y evitar el desperdicio

Tres aplicaciones verdes que apuestan por el reciclaje, evitando el desperdicio de residuos sólidos

Al disminuir desperdicios de residuos sólidos con estas aplicaciones, que son alternativa para una vida "más verde", se favorece al ecosistema y población

La Secretaría de Medio Ambiente (SEDEMA), informó que en la Ciudad de México se generan más de 13 mil toneladas de residuos sólidos al día, cada persona produce alrededor de kilo y medio de basura. Estos residuos son producidos mayormente en viviendas, seguido por edificios, calles y por último en parques y jardines.

A consecuencia lo anterior, existen aplicaciones que permiten reducir el desperdicio de basura y comida. Estas aplicaciones ayudan a disminuir la huella ecológica de la población, una de las apps con el objetivo de una vida "más verde" es OLIO, "comparte más, desperdicia menos".

Fue creada el 9 de febrero de 2015, por sus fundadoras Saasha Celestial-One y Tessa Clarke, tras la investigación que realizaron sobre el problema de desperdicio de comida. En una entrevista exclusiva para NotiPress, Clarke, menciona la finalidad de la app "se creó para hacer frente a este problema animando a los particulares a compartir lo que les sobra con otros". OLIO ha tenido un alcance favorable, logrando asociarse con JOKR, aplicación de entrega de supermercados, y en 4 meses han evitado desperdiciar 10 toneladas de comida.

OLIO permite a los usuarios incluir en la app sus artículos no deseados con lo cual alguien puede solicitarlos y darles un nuevo hogar. Cuenta con funciones como "Se busca" donde se puede pedir un objeto específico y el departamento de "Pedir prestado". Con esta última sección se puede utilizar cualquier objeto durante un breve periodo de tiempo y devolverlo.

Uno de los retos enfrentados por OLIO, es conseguir suficiente excedente de alimentos, resolviendo esto con la asociación con negocios locales. La aplicación ha logrado salvar 63 millones de porciones de comida y 6 millones de artículos del hogar. Con ello se minimiza el impacto medioambiental, se ahorran 9.400 millones de litros de agua y se apoya a negocios locales.

Así como OLIO, startup Kigüi, busca reducir el desperdicio de alimentos en América Latina a través de la tecnología. Con Kigüi, aplicación de origen argentino, es posible comprar productos con fechas de vencimiento cercanas y ser bonificado hasta con un 60 por ciento del valor del producto.

Los usuarios de Kigüi pueden ver el catálogo de alimentos disponibles, van por los artículos a la tienda y desde la app toman una foto a la fecha de caducidad. Siguiendo esos pasos la app les bonifica un porcentaje del valor del artículo y el usuario puede retirar el dinero en cualquier banco. Hasta agosto de 2022, Kigüi ha podido salvar casi 80 mil alimentos y ha llegado a los 100 mil usuarios activos.

Junta, Entrega y Recicla (JER) se suma a las anteriores apps promovedoras de vidas verdes, buscando reducir la generación de desechos. La plataforma JER plantea una alternativa para el acopio y reciclaje de residuos al tener conciencia sobre la cantidad de basura desechada a cielo abierto.

Con la reutilización de productos, JER logra un impacto social ayudando a familias afectadas por desastres naturales, crea empleos verdes y derrama económica local. Además de un favorable impacto ambiental con la disminución de basura en tiraderos y reduciendo las emisiones de CO2. Los pasos para reciclar con JER se basan en una economía circular con la vinculación tecnológica, el usuario debe reunir los artículos sin uso, pagar por la recolección del paquete, entregarlo a quien lo recolecta en el domicilio solicitado y por último los productos serán reciclados.

Estas aplicaciones tienen una relevancia actual, considerando que los residuos generados pueden recuperarse o reciclarse y al ser mezclados cuando se desechan se convierten en basura, desaprovechando una segunda oportunidad de ser utilizados. Las apps verdes se preocupan por la cantidad de basura generada, ya que los residuos desechados en México equivalen a 175 veces el volumen de la pirámide del Sol en Teotihuacán o 231 veces el estadio de fútbol más grande en México provocando un problema ambiental en el ecosistema.