Un proyecto que publicó el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia busca reglamentar la eutanasia en menores de 18 años, estas son algunas directrices
Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia busca garantizar el derecho de la muerte digna a partir de la eutanasia para menores de 18 años. En un proyecto de resolución para comentarios, se establecen las directrices que se deberán seguir en caso de que la propuesta de reforma de salud se apruebe.
Según el artículo 15 del capítulo IV del documento, referente a la solicitud de eutanasia de manera general, esta deberá ser autónoma, voluntaria, informada, inequívoca y persistente. En este sentido, la solicitud puede ser presentada de manera verbal o escrita a través de un Documento de Voluntad Anticipada y en ningún caso puede ser sustituida.
El documento indica, para solicitar la eutanasia de un menor de edad se regirá por el interés superior del menor de la siguiente forma:
Por otro lado, la resolución menciona que, para adolescentes o de un caso excepcional de 6 a 12 años de edad, se incluirán la identificación del concepto de muerte según la edad evolutiva, así como diversas evaluaciones relativas a las condiciones psicológicas, emocional, capacidad y competencia para concurrir de quien ejerza la patria potestad.
La resolución para comentarios del Ministerio de Salud excluyen de la solicitud de eutanasia a recién nacidos y niños en su primera infancia. Asimismo, niños de 6 a 12 años de edad, salvo que se cumplan las condiciones antes descritas. También están excluidos menores de edad con incapacidad para tomar decisiones por un trastorno mental, alteración neurológica o neurocognitiva.
Colombia es uno de los países latinoamericanos que más ha avanzado sobre hacer legal el suicidio asistido; ello porque el derecho a "morir dignamente" está plasmado en su Constitución. Igualmente, la eutanasia fue descriminalizada en 1997, casi dos décadas antes de consagrarse por ley en 2015, según Statista. En mayo de 2022, la Corte Constitucional de Colombia despenalizó el suicidio médicamente asistido para personas con lesiones o enfermedades graves o incurables. Es decir, que sea el paciente quien ejecute la acción de poner fin a su vida, cuando antes solo un médico podía hacerlo.