Mujeres mexicanas llevan sus casos de violencia vicaria a la CIDH en busca de justicia internacional. Conoce sus historias y cómo puedes apoyarlas
Cada 20 de febrero, el mundo conmemora el Día Mundial de la Justicia Social, una fecha que busca promover la equidad y el acceso a derechos fundamentales. En México, esta jornada cobra especial relevancia al visibilizar luchas urgentes, como la que enfrentan miles de mujeres víctimas de violencia vicaria, una de las expresiones más crueles de la violencia de género.
Este tipo de agresión ocurre cuando los agresores utilizan a los hijos como un medio para dañar a las madres, arrebatándoselos, manipulando procesos legales y vulnerando su estabilidad emocional y económica. Sin embargo, en lugar de encontrar protección en el sistema judicial, muchas de estas mujeres son revictimizadas y criminalizadas al intentar denunciar.
Como respuesta a esta situación, algunas víctimas decidieron llevar sus casos más allá de las fronteras nacionales y presentarlos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), un órgano de la Organización de los Estados Americanos (OEA) encargado de promover y proteger los derechos humanos en el continente.
María Magdalena López Paulino, respaldada por la Red Solidaria Década Contra la Impunidad, encabezó una iniciativa para que la CIDH juzgue estos casos con perspectiva de género, lejos de la corrupción que, denuncian, prevalece en los tribunales mexicanos. Sin embargo, el proceso tiene un alto costo y requiere financiamiento para cubrir gastos legales y administrativos.
"Cada donación es un paso más hacia la justicia, un mensaje claro de que no permitiremos que el miedo nos silencie. Que sea el miedo quien cambie de bando", declaró a NotiPress López Paulino, quien impulsó una colecta solidaria en GoFundMe con una meta de 100,000 pesos.
Entre las mujeres que lograron llevar sus denuncias a la CIDH se encuentran:
Para este Día de la Justicia Social, la lucha de estas mujeres se convierte en un recordatorio de que ninguna debería vivir con miedo y de que la impunidad no puede seguir reinando. Las víctimas y las organizaciones que las respaldan continúan pidiendo apoyo para financiar los procesos en la CIDH y visibilizar la violencia vicaria como una grave violación a los derechos humanos. Cada donación y muestra de solidaridad representa un paso hacia un México donde la justicia pueda llegar a cada rincón del país, siendo equitativa y protegiendo a quienes más lo necesitan.