El peso mexicano se debilitó frente al dólar estadounidense tras un déficit comercial inesperado en enero y la incertidumbre sobre las relaciones comerciales con EE.UU
El peso mexicano enfrentó presión a la baja luego de que la balanza comercial de México registrara un déficit de 4.558 millones de dólares en enero de 2025, en contraste con el superávit de 2.567 millones de dólares de diciembre. La caída se atribuyó a una reducción en las exportaciones no petroleras y a un incremento en el déficit del comercio petrolero. A pesar de que las exportaciones crecieron un 5,5%, las del sector petrolero cayeron significativamente. En tanto, las importaciones aumentaron 5,9%, con un crecimiento del 10,4% en bienes intermedios, lo que podría señalar una recuperación de la producción industrial.
Según un análisis de Quásar Elizundia, estratega de Investigación de Mercados de Pepperstone, el mercado laboral también mostró señales mixtas. La tasa de desempleo subió ligeramente a 2,7% en términos intermensuales, aunque mejoró en comparación con el año anterior. Sin embargo, la informalidad laboral se mantuvo elevada en 54,2%, reflejando desafíos estructurales en la economía. En contraste, el sector industrial agregó 420.000 empleos, impulsado por un aumento en las exportaciones manufactureras, lo que podría mitigar algunas de las dificultades económicas.
A nivel internacional, la economía de Estados Unidos mostró fortaleza con un ajuste en la estimación del crecimiento del PIB del cuarto trimestre, así como un aumento en los índices de precios de las compras interiores brutas y del gasto en consumo personal (PCE). Estos factores refuerzan la posibilidad de que la Reserva Federal mantenga una política monetaria restrictiva, lo que podría mantener al dólar fuerte y al peso bajo presión.
Por otro lado, los pedidos de bienes duraderos en EE.UU. crecieron un 3,1%, revirtiendo dos meses de caídas, mientras que los pedidos de equipos de transporte aumentaron un 9,8%. Excluyendo pedidos de defensa, los nuevos pedidos subieron 3,5%, lo que indica un incremento en la confianza de las empresas y los consumidores.
En este contexto, el peso mexicano podría seguir enfrentando presiones en los próximos meses, con los inversionistas atentos a la evolución económica y geopolítica.