Empresas adoptan la ciberseguridad como parte de su cultura organizacional para fortalecer confianza digital y obtener ventaja competitiva sostenible
La ciberseguridad ya no se limita a los departamentos técnicos; hoy es parte estructural de las decisiones estratégicas. Así lo explicó Juan Alejandro Aguirre, director de soluciones de ingeniería para América Latina en SonicWall, durante una entrevista con NotiPress, en la cual abordó la evolución de la ciberdefensa hacia una postura adaptativa, orientada no solo a mitigar riesgos, sino a crear valor empresarial.
Según Aguirre, muchas organizaciones aún buscan protegerse después de experimentar un ataque, impulsadas por el temor o la presión del entorno. "Cuando te motiva el miedo, si bien mejoras, no estás persiguiendo el fin más eficiente", advirtió. Frente a esto, destacó tres motivaciones distintas: reacción por temor, cumplimiento regulatorio y visión estratégica. Esta última, afirmó, "es la más exitosa", porque convierte la ciberseguridad en un recurso de diferenciación.
El concepto de confianza digital cobra protagonismo en ese proceso. Según Aguirre, una empresa al invertir en protección no solo mejora su estructura interna, sino que además crea valor para sus usuarios. "Cuando tú implementas ciberseguridad para generar mejores productos y servicios, lo estás haciendo para agregar un nuevo valor que en última se puede resumir como esa confianza digital", aseguró.
Un informe de PwC muestra que 57% de los directivos identifica la ciberseguridad entre los factores esenciales para generar confianza y fidelidad en los clientes. Asimismo, un análisis de ESET destaca que el uso de marcos de seguridad adaptativa facilita una respuesta más ágil frente a amenazas emergentes.
Aguirre detalló que una postura madura requiere integrar cuatro capacidades fundamentales: "Debes ser capaz de prevenir, detectar, responder y anticiparte". Este modelo, conocido como ciberseguridad adaptativa, fomenta una cultura organizacional en la cual los equipos se alinean para proteger los activos digitales como parte del negocio, no como reacción a una crisis.
Implementar estos principios requiere mantener una evaluación continua de riesgos, realizar auditorías periódicas y fomentar la capacitación interna. Para muchas pequeñas y medianas empresas, contar con asesoría externa especializada representa una alternativa viable, ya que permite acceder a niveles de experiencia equivalentes a los utilizados por los atacantes sin necesidad de incorporar personal altamente técnico dentro de sus propias estructuras.
Más allá del cumplimiento normativo, la adopción de una cultura de seguridad brinda beneficios competitivos. Un estudio de Forbes México resalta que las organizaciones que priorizan la seguridad informativa no solo protegen datos, sino también reputación, continuidad operativa y posicionamiento en mercados digitales.