El gobierno de China presentó una protesta formal ante Estados Unidos tras la decisión de revocar visados a estudiantes por razones políticas y académicas
El Ministerio de Exteriores de China interpuso una protesta formal ante el gobierno de Estados Unidos por la decisión de revocar visados a estudiantes procedentes de la República Popular China. Esta acción diplomática se suma a las declaraciones públicas realizadas por la portavoz Mao Ning, quien rechazó la medida y expresó su inconformidad en una conferencia de prensa.
Desde Beijing, la vocera calificó la cancelación de visados como una acción "políticamente motivada y discriminatoria", señalando que Estados Unidos utilizó pretextos relacionados con ideología y seguridad nacional para justificarla. En palabras de Mao, la revocación se ejecutó de forma irrazonable, afectando a ciudadanos chinos que buscan continuar sus estudios en territorio estadounidense.
Representantes del gobierno chino indicaron que la decisión de Washington socava gravemente los derechos e intereses legítimos de su población. Según la declaración oficial, este tipo de medidas también obstaculizan los intercambios culturales y académicos entre ambas naciones, considerados fundamentales en las relaciones bilaterales.
Además de la protesta formal, las autoridades chinas cuestionaron la coherencia entre la política exterior de Estados Unidos y los valores que ese país promueve. "La medida expone la falsedad de la supuesta libertad y apertura que Estados Unidos dice defender", afirmó Mao Ning al ser consultada sobre las implicaciones de la revocación.
Las acciones del gobierno estadounidense fueron anunciadas por el secretario de Estado, Marco Rubio, quien comunicó la intención de cancelar visados a estudiantes con vínculos con el Partido Comunista Chino o inscritos en áreas estratégicas. El comunicado oficial difundido por Rubio no precisó cuándo comenzará la aplicación de estas restricciones ni detalló cuáles son los campos académicos implicados.
A nivel diplomático, el gesto de China representa una respuesta oficial frente a una política que, en su visión, daña la imagen de Estados Unidos a nivel internacional. Según la vocera del Ministerio de Exteriores, la medida adoptada perjudica también la credibilidad global del país norteamericano.
Sin precisar una hoja de ruta futura, la protesta formal enviada desde Beijing pone sobre la mesa la creciente sensibilidad en torno a los flujos educativos internacionales. A medida que los visados se convierten en un terreno de disputa, las aulas podrían reflejar con más fuerza los efectos de la política exterior.