China logra que una paciente con epilepsia se comunique en mandarín mediante un implante cerebral, marcando un avance inédito en interfaces cerebro-computadora
En diciembre de 2024, un equipo de investigadores chinos logró un avance significativo en el campo de las interfaces cerebro-computadora (BCI). El logro permitió a una paciente con epilepsia y un tumor en el área del lenguaje del cerebro comunicarse en mandarín mediante un implante cerebral. La intervención se realizó en el Hospital Huashan, afiliado a la Universidad de Fudan en Shanghái, donde se implantó un dispositivo BCI flexible de 256 canales desarrollado por la empresa NeuroXess.
Dos días después de la cirugía, la paciente comenzó un entrenamiento y en una semana logró decodificar 142 sílabas del mandarín con 71% de precisión. Estos resultados establecen el nivel más alto alcanzado hasta la fecha en la decodificación del habla china en tiempo real.
Mediante las sesiones de prueba, la paciente convirtió pensamientos en texto chino visible en una pantalla y controló una mano robótica para realizar gestos simbólicos, como el saludo tradicional de "Feliz Año Nuevo 2025". Además, interactuó con un avatar digital y modelos de inteligencia artificial, siendo la primera ocasión en la que se registra una conversación mente-IA en tiempo real utilizando esta tecnología.
El ensayo forma parte de un proyecto conjunto entre NeuroXess, el Hospital Huashan y el Instituto Tianqiao y Chrissy Chen. El objetivo es desarrollar sistemas de alta precisión capaces de restaurar funciones motoras y del lenguaje en pacientes con discapacidades neurológicas. Los responsables del proyecto planean continuar con ensayos clínicos a largo plazo y buscar la autorización regulatoria necesaria para su aplicación en tratamientos médicos.
A mediados de 2024, el mismo equipo realizó otro ensayo clínico, en el cual una paciente de 21 años con epilepsia y una lesión en la región motora del cerebro logró controlar aplicaciones digitales, dispositivos domésticos inteligentes y una silla de ruedas mediante el mismo tipo de implante BCI.
Estos desarrollos posicionan a China entre los países que lideran la investigación en interfaces cerebro-computadora. El enfoque clínico y tecnológico busca ofrecer soluciones prácticas para personas con limitaciones en la comunicación o movilidad, demostrando aplicaciones potenciales en la rehabilitación de pacientes con trastornos del habla y del movimiento.
La investigación continúa en expansión dentro del país, donde existe un ecosistema de innovación impulsado por el sector público y privado. Según los investigadores involucrados, las próximas etapas incluirán la optimización de los algoritmos de decodificación y la miniaturización de los dispositivos implantables.