El peso colombiano cayó tras un dato de inflación menor al esperado en junio, lo que eleva las expectativas de recortes de tasas por el Banco Central
El peso colombiano registró una depreciación el 8 de julio de 2025 luego de que el dato de inflación de junio sorprendiera al ubicarse por debajo de las expectativas del mercado. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) mostró una variación mensual de 0,10%, inferior al 0,19% previsto y al 0,32% registrado en mayo. En términos anuales, la inflación se moderó a 4,82%, por debajo del 4,90% proyectado por analistas.
La publicación del dato reavivó las expectativas de que el Banco de la República pueda reducir su tasa de interés clave en la reunión del 31 de julio, donde actualmente se ubica en 9,25%. El debate interno en el banco emisor refleja posturas divididas entre mantener el nivel actual y comenzar un ciclo de flexibilización monetaria para apoyar la recuperación económica.
De acuerdo con lo comentado por Quásar Elizundia, estratega de mercados en Pepperstone, a NotiPress "el debilitamiento del peso refleja tanto la sorpresa inflacionaria como las discusiones internas en el Banco de la República". Las últimas actas del organismo evidenciaron discrepancias sobre el ritmo adecuado para el ajuste de la política monetaria, tras observarse una moderación sostenida en los precios y una menor inversión.
El peso también estuvo presionado por factores externos, especialmente la caída del precio del petróleo. El crudo WTI descendió tras el anuncio de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos y el inesperado aumento de producción de la OPEP+. Estas medidas redujeron el valor del petróleo, un recurso clave para la economía colombiana.
La inflación mensual mostró caídas en alimentos y bebidas no alcohólicas, mientras que vivienda y educación reportaron aumentos moderados. Sectores como restaurantes y salud continúan con incrementos por encima del promedio, lo que refleja presiones mixtas en los servicios.
Los analistas esperan que, si el Banco de la República opta por recortar la tasa, el peso colombiano podría mantener su tendencia a la baja, influido también por la volatilidad petrolera y las tensiones comerciales globales. La decisión del 31 de julio será clave para determinar el rumbo de la política económica colombiana frente a un entorno internacional incierto.