Aunque la economía se estanca y la inversión cae, las ventas minoristas en México suben: un repunte inesperado en medio de señales de debilidad general
Recientes movimientos del peso mexicano frente a otras divisas se dan en un contexto de indicadores económicos contrastantes. Este marte 22 de julio, Quásar Elizundia, estratega de Investigación de Mercados en Pepperstone, compartió con NotiPress un análisis donde destacó la complejidad del entorno, marcado por señales dispares entre sectores productivos y de consumo.
Durante mayo, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) mostró un crecimiento mensual nulo. Esta cifra respondió a un desempeño positivo en sectores primario y secundario, compensado por una contracción del 0.4% en servicios. En este entorno, los ingresos mayoristas registraron una disminución de 2.2% mensual y 7.8% interanual, revelando una demanda débil en esta área.
Sin embargo, durante el mismo perriodo las ventas minoristas subieron 1.8% a nivel mensual. Esta variación mensual positiva sugiere un nivel de consumo que, pese a los retrocesos en otras ramas, mantiene cierta estabilidad. Elizundia calificó este dato como un signo de resiliencia del consumo, contrastando con las señales negativas provenientes del sector mayorista y los servicios.
Por otro lado, el entorno financiero enfrenta tensiones adicionales derivadas de recortes en inversión en infraestructura. Entre enero y mayo, la inversión en infraestructura se redujo 29.1%, representando la caída más fuerte registrada. Esta disminución ocurre en medio de un proceso de consolidación fiscal, cuyo objetivo apunta a restablecer disciplina presupuestaria.
Igualmente, en términos monetarios, el peso mexicano presentó un comportamiento mixto. Frente a un dólar estadounidense más débil, registró cierta apreciación. Sin embargo, frente a otras divisas, el comportamiento resultó heterogéneo. Estos movimientos responden tanto a factores locales como a condiciones externas, incluyendo incertidumbres en materia geopolítica y comercial.
México se ha mantenido sin respuesta ante amenazas arancelarias provenientes de Estados Unidos. Esta postura, según Elizundia, podría reducir riesgos inmediatos, aunque expone a la economía a vulnerabilidades estructurales frente a presiones externas.
La expectativa respecto a la política monetaria del Banco de México permanece sujeta al dato de inflación correspondiente a la primera quincena de julio. Una moderación en los precios podría traducirse en cambios futuros de postura por parte del banco central, lo cual tendría efectos sobre la moneda y sobre el poder adquisitivo interno.
En este escenario, la resistencia parcial del consumo adquiere relevancia dentro de una economía que enfrenta desafíos estructurales y presiones fiscales. La evolución de indicadores clave en los próximos meses será determinante para evaluar si esta tendencia en el comercio minorista representa un patrón sostenido o un comportamiento puntual dentro de una coyuntura volátil.