Álvaro Uribe reactiva el debate internacional sobre la judicialización de exmandatarios

Caso del expresidente colombiano se compara con procesos similares en Brasil y Argentina tras respaldo público de autoridades

Tras la condena penal: funcionarios de Estados Unidos expresaron respaldo, reactivando el debate sobre justicia y política en América Latina

El apoyo público de autoridades estadounidenses al expresidente Álvaro Uribe Vélez tras su condena por soborno en actuación penal generó reacciones a nivel internacional y fue comparado con otros procesos judiciales recientes contra líderes conservadores de la región. El secretario de Estado, Marco Rubio, calificó la decisión del tribunal colombiano como "un precedente preocupante", abriendo un nuevo capítulo en el debate sobre la judicialización de figuras políticas en América Latina.

La condena fue emitida el 28 de julio de 2025 por la jueza Sandra Heredia, del Juzgado 44 Penal del Circuito de Bogotá, quien determinó que el abogado de Uribe, Diego Cadena, contactó al exparamilitar Juan Guillermo Monsalve para alterar su testimonio ante la Corte Suprema de Justicia. En la audiencia, la magistrada explicó que las pruebas clave incluyeron interceptaciones telefónicas y videograbaciones obtenidas legalmente

Minutos después del fallo, Rubio expresó: "El único delito del expresidente colombiano Uribe fue luchar incansablemente y defender su patria". Añadió que la resolución judicial "ha sentado un precedente preocupante", en alusión a lo que considera un uso político de la justicia.

El proceso contra Uribe se remonta a 2012 cuando denunció al senador Iván Cepeda por supuesta manipulación de testigos. No obstante, la Corte Suprema archivó la denuncia contra Cepeda e inició una investigación contra el expresidente. La jueza indicó que "es ostensible que el acusado conocía del plan que se maquinaba: emboscar a Monsalve" para modificar su versión ante la justicia.

Monsalve, exintegrante del Bloque Metro de las Autodefensas Unidas de Colombia, grabó en prisión los encuentros con emisarios de Uribe usando un reloj espía. Según su testimonio, la finca Guacharacas —propiedad de la familia Uribe— habría servido como base operativa de grupos paramilitares.

El contexto del caso ha sido comparado con el juicio contra el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, quien también recibió respaldo de actores políticos estadounidenses, en particular del expresidente Donald Trump. Analistas han señalado similitudes en los perfiles de Uribe, Bolsonaro y la exmandataria argentina Cristina Fernández de Kirchner, cuyas condenas han provocado divisiones sociales y generado acusaciones de persecución política.