Cáncer renal y salud mental: organizaciones revelan cómo la falta de atención psicológica desde el inicio limita el acceso a terapias efectivas
Recibir un diagnóstico de cáncer renal no solo trastoca el cuerpo: desordena la vida entera. El miedo, la confusión y la soledad se cuelan antes incluso de entender el nombre de la enfermedad. En medio de cifras, tratamientos y estudios clínicos, hay algo que suele pasarse por alto: el impacto emocional inmediato y profundo que enfrenta cada paciente. El acompañamiento psicológico desde las primeras etapas del diagnóstico de cáncer renal puede mejorar la experiencia de los pacientes y facilitar su adherencia al tratamiento, de acuerdo con especialistas reunidos en un conversatorio convocado por la Asociación Mexicana de Lucha Contra el Cáncer (AMLCC). El evento, celebrado el 30 de julio de 2025, reunió a oncólogos, representantes de asociaciones civiles y psicooncólogos.
Durante la sesión "Más fuertes que un cáncer renal: una conversación que importa", con acceso para NotiPress, la maestra Margarita Giraldy, especialista en psicooncología, explicó la importancia de atender el impacto emocional desde el momento de la sospecha de cáncer. Según su testimonio, muchas personas experimentan confusión, angustia e incertidumbre ante la noticia, lo que puede afectar su capacidad para tomar decisiones informadas. "Desde ese momento es importantísimo poder contar con alguien que te hable, que te acompañe, que te apoye en ese proceso, que valide cómo te estás sintiendo", indicó Giraldy.
La directora de la Asociación Mexicana de Lucha Contra el Cáncer, Mayra Galindo, añadió que el primer contacto con la enfermedad suele estar marcado por el desconocimiento y el miedo. En palabras de Galindo: "Tenemos un curso que se llama Diálogos, conversaciones con sentido, para que las personas que acaban de ser diagnosticadas puedan digerir la noticia". Este programa busca proporcionar herramientas emocionales a quienes enfrentan el inicio de un proceso oncológico.
Médicos presentes en el conversatorio afirmaron que la carga emocional puede interferir en la recepción de información clínica durante las primeras consultas. La doctora Maite Bourlon, oncóloga médica, destacó que "cuando damos el diagnóstico a un paciente, tiene muchísimas emociones en conjunto, frustración, tristeza, y a veces no está en el buen momento para transmitirle toda la información".
Los especialistas coincidieron en la relevancia crítica del entorno emocional para cada paciente. El acompañamiento de familiares, cuidadores y redes de apoyo fue señalado como un elemento que puede favorecer el acceso a mejores tratamientos y opciones. Giraldy subrayó la necesidad de incluir a las personas cercanas en el proceso: "Estamos privando a las personas que nos aman de vivir con nosotros ese duelo, porque estamos viviendo un duelo anticipado".
Representantes de las asociaciones civiles afirmaron que parte de su labor consiste en complementar la atención médica institucional con servicios psicoemocionales. A través de líneas telefónicas, encuentros de pacientes y orientación individual, buscan garantizar que las personas diagnosticadas no enfrenten solas el proceso.
También, el evento expuso la necesidad de sensibilizar al sistema de salud para garantizar acceso a servicios de atención psicológica integrados al tratamiento oncológico. Aunque algunas instituciones públicas cuentan con departamentos de psicooncología, estos siguen siendo limitados.
Con base en la información presentada, el abordaje integral del cáncer renal no se limita a intervenciones médicas. El apoyo emocional desde las primeras etapas del diagnóstico resulta esencial para que los pacientes comprendan su enfermedad, evalúen sus opciones y participen activamente en su tratamiento dentro del sistema de salud.