Argentina registra un aumento inusual en la importación de carne brasileña durante 2025, con nuevas cifras que llaman la atención del sector
Durante el primer semestre de 2025, se incrementó de forma notable en Argentina la importación de carne vacuna desde Brasil, alcanzando cifras que no se registraban desde fines de la década de los noventa. De acuerdo con datos oficiales del país vecino, el promedio mensual fue de 1.033 toneladas, frente a las 24 toneladas registradas en el mismo período del año anterior.
El volumen representa un récord estacional desde 1997 y ubica las compras externas de carne en su nivel más alto desde 2019. A pesar de ello, la incidencia sobre la producción local continúa siendo limitada, considerando que el país produce alrededor de 250.000 toneladas por mes.
"El volumen de importación es poco significativo frente a la producción, en 2025 se están importando 1.000 toneladas por mes. No es un problema para la producción nacional", indicó Fernando Herrera, presidente de la Asociación de Productores Exportadores (APEA), en declaraciones a Clarín Rural.
Las exportaciones argentinas de carne superaron los 3.400 millones de dólares en 2024, con China como principal destino. Aunque el consumo interno disminuyó, se mantiene entre los más altos del mundo, con un promedio de 50 kilos anuales por persona. En ese contexto, el precio de la carne en el Área Metropolitana de Buenos Aires mostró una suba del 53% interanual en junio, frente a una inflación general del 39%.
Desde el sector exportador, se buscó reducir el peso percibido de estas importaciones. "Otros países importan y exportan carne, por ejemplo en Uruguay o Estados Unidos. Se importa carne barata; no tengo el detalle, pero es carne para manufactura", expresó Herrera. Añadió: "Hay que ponerlo en un contexto global de economía, donde las mercaderías van y vienen. No hay que verlo como si Argentina, por ser un país exportador, no pudiera importar carne".
El tipo de cambio oficial, actualmente cercano a los 1.360 pesos por dólar, contribuyo a abaratar productos importados, lo cual abre oportunidades comerciales específicas. Según explicó Diego Ponti, analista del mercado cárnico del grupo AZ, "como Argentina se ha vuelto más cara en dólares, se abrió la puerta para importar carne brasileña a precios competitivos". Agregó además que estas operaciones corresponden a "volúmenes muy pequeños, operaciones puntuales de compradores cercanos a la frontera o frigoríficos con plantas en ambos países".
Herrera coincidió con este diagnóstico. "Si a alguna industria le conviene importar carne barata, que lo haga. No está mal. Nosotros siempre tratamos de exportar y nos gusta que reciban nuestra mercadería. Nos quejamos cuando nos ponen barreras, así que tampoco deberíamos ponerlas nosotros. Por supuesto, tiene que ser con garantías sanitarias, para no poner en riesgo el estatus sanitario argentino. Pero más allá de eso, no hay que quedarse con la idea de que Argentina no puede importar carne. Si a alguien le conviene importar, que lo haga, y a otros nos conviene exportar".
En el escenario internacional, también se observan factores que podrían alterar los flujos comerciales. La reimposición de un arancel del 50% por parte de Estados Unidos a la carne brasileña podría redirigir parte del excedente hacia Asia. "Eso llevaría a los importadores chinos a negociar contratos más baratos, lo que podría afectar indirectamente la competitividad de la carne argentina", advirtió Ponti.