Divisiones internas sacuden al PRO tras el acuerdo con La Libertad Avanza para las elecciones legislativas en la Ciudad de Buenos Aires
La decisión del PRO de conformar una alianza electoral con La Libertad Avanza (LLA) para las elecciones legislativas en la Ciudad de Buenos Aires generó una fractura visible entre sus principales dirigentes. El pacto, promovido por sectores cercanos a Mauricio Macri, encendió el debate sobre la identidad partidaria, la estrategia frente al oficialismo y el rumbo futuro del espacio fundado en 2005.
El acuerdo contempla la inclusión de candidatos del PRO en lugares secundarios de la lista de diputados nacionales encabezada por figuras de LLA. Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño, terminó aceptando la propuesta impulsada por su primo luego de intensas negociaciones, tras los magros resultados que el partido obtuvo en mayo, cuando quedó en tercer lugar en su bastión histórico.
Desde el ala más crítica del PRO, María Eugenia Vidal expresó públicamente su desacuerdo con esta alianza. En un video publicado en sus redes sociales afirmó: "No creo que sea lo mejor". En ese mismo mensaje sostuvo: "Creo que la Argentina necesita una oposición constructiva", y agregó: "No estoy dispuesta a ceder mis convicciones por una elección ni por un cargo".
La exgobernadora también indicó: "No creo en perder la identidad, los valores, ni la posibilidad de representar a miles de argentinos que se siguen viendo reflejados en el PRO". Confirmó que no participará en la campaña electoral ni respaldará la coalición con LLA. "No voy a hacer campaña en esta elección como candidata, ni en el PRO, ni en un acuerdo con La Libertad Avanza, ni en ningún otro lugar", remarcó.
Jorge Macri, que inicialmente compartía una postura similar a la de Vidal, accedió finalmente al acuerdo. Ocurrió luego de recibir la presión del entorno de Mauricio Macri y de Pilar Ramírez, representante de Karina Milei en la Capital. De este modo, se resignó a que el PRO no encabece ninguna categoría legislativa y se sume a la boleta libertaria bajo el nombre "Alianza La Libertad Avanza", con el color violeta como emblema.
En contraposición a los sectores identitarios del PRO, referentes como Cristian Ritondo y Diego Santilli defendieron la decisión. Ritondo sostuvo durante una reunión partidaria que "el bloque no se va a prestar a hacer un chantaje", al rechazar la idea de utilizar su posición para exigir cargos o mejores condiciones en las listas. En su entorno justificaron el pacto afirmando que permitió conservar "10 legisladores entrables y tres lugares en la lista de diputados".
La fragmentación interna también se refleja a nivel provincial. Algunos dirigentes negocian acuerdos con LLA por su cuenta, mientras otros impulsan alternativas dentro de la coalición "Provincias Unidas", donde confluyen figuras como Juan Schiaretti, Ignacio Torres y aliados radicales. En Santa Fe, por ejemplo, la vicegobernadora Gisela Scaglia planea encabezar la boleta de un frente opositor, decisión que fue celebrada por Mauricio Macri.