Oasis creativos y fondos semilla, dos elementos exigidos por los científicos

Investigadores señalan que la presión por resultados limita la creatividad y sugieren cambios culturales y estructurales en la ciencia

Científicos proponen espacios de trabajo sin presión y pequeñas subvenciones para fomentar la creatividad y el pensamiento innovador en la investigación

Un grupo internacional de investigadores plantea que la creatividad puede aprenderse y potenciarse en la ciencia mediante espacios dedicados al pensamiento libre y fondos semilla para ideas arriesgadas. La propuesta surge tras debates en la conferencia (In)Creíble 2024 celebrada en Berlín, donde el 81% de los asistentes señaló haber enfrentado obstáculos para desarrollar ideas innovadoras, principalmente por presiones estructurales como la financiación y las exigencias de publicación.

Jacqueline Tabler, del Instituto Max Planck de Biología Celular Molecular y Genética, recordó cómo un experimento arriesgado durante su doctorado reveló una función desconocida de la enzima PAR-1, abriendo una nueva línea de investigación. "Tuve que aprender que mi curiosidad y creatividad eran una característica, no un fallo", afirmó. Para Tabler, el reto es encontrar espacio para este tipo de exploración en un entorno dominado por plazos y objetivos fijos.

Expertos como Itai Yanai, de la Universidad de Nueva York, y Martin Lercher, de la Universidad Heinrich Heine, proponen incluir la creatividad como parte formal de los planes de estudio y reconocer la "ciencia nocturna": la fase de ideación y metáforas que complementa la ejecución experimental. También promueven la interacción interdisciplinaria y el intercambio informal entre colegas como vías para ampliar perspectivas.

Oasis creativos y fondos semilla

Los fondos semilla —subvenciones rápidas y de bajo monto— son señalados como herramientas efectivas para probar ideas de alto riesgo. Tabler y su equipo recibieron en 2011 una beca de 7 mil libras del Consejo de Investigación en Biotecnología y Ciencias Biológicas del Reino Unido para un proyecto colaborativo, experiencia que considera clave para fomentar la innovación.

Por su parte, Katrine Sonne Anderson, del Instituto Danés del Cáncer, propone crear "oasis creativos" donde se suspenda el análisis crítico para favorecer la especulación y la toma de riesgos. Además, la Red de Investigación de la Creatividad sugiere fortalecer la resiliencia emocional de los jóvenes científicos para tolerar la incertidumbre inherente a la investigación innovadora.