Supremo Tribunal de Brasil enfrenta división en juicio a Jair Bolsonaro, acusado de trama golpista y en riesgo de recibir más de 40 años de cárcel
El juicio al expresidente Jair Bolsonaro por una presunta trama golpista continúa generando división en Brasil y mantiene en vilo a la sociedad. El Supremo Tribunal Federal lleva la votación parcial en un 2-1 a favor de la condena, pero aún faltan pronunciamientos clave para definir el futuro judicial del exmandatario.
Durante la sesión del miércoles 10 de septiembre en Brasilia, el magistrado Luiz Fux votó por la absolución de Bolsonaro, contraviniendo las posiciones de dos jueces que ya habían apoyado la condena. Durante una intervención de más de nueve horas, el juez sostuvo: "no compete al Supremo realizar un juicio político". Con este voto, los seguidores del exmandatario vieron un respiro en medio de un proceso considerado decisivo.
Con 70 años, Bolsonaro enfrenta acusaciones de liderar una organización criminal armada con fines de perpetuarse en el poder después de las elecciones de 2022, en las que perdió frente a Luiz Inácio Lula da Silva. Además, siete excolaboradores y militares de alto rango son juzgados en el mismo proceso. De confirmarse una condena, el expresidente podría recibir una pena superior a 40 años de cárcel.
Fux fundamentó su voto en la "incompetencia absoluta" del Supremo para juzgar a un expresidente y defendió que el caso debería ser evaluado en otra instancia inferior. También afirmó que la fiscalía no logró demostrar el uso de armas, lo cual impediría caracterizar a los acusados como organización criminal armada.
El juicio dejó posiciones opuestas entre los magistrados. Alexandre de Moraes, objetivo de un presunto plan de asesinato vinculado a la acusación, votó por condenar a Bolsonaro. En su intervención declaró: "Brasil casi volvió a una dictadura". Según la fiscalía, el expresidente habría liderado la organización golpista, que no logró concretarse por falta de respaldo militar.
Tras la intervención de Fux, el senador Flávio Bolsonaro, hijo del exmandatario, pidió una "anulación total del proceso". A su juicio, el magistrado demostró la existencia de una "persecución política" contra su padre. El proceso fue seguido en directo por la población y mantiene altos niveles de polarización.
Las tensiones también alcanzaron el plano internacional. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso aranceles del 50% a productos brasileños al asegurar que existe una "caza de brujas" contra Bolsonaro y sancionó a funcionarios de Brasil, entre ellos Alexandre de Moraes.
El magistrado Flávio Dino, exministro en el gobierno de Lula y segundo en votar, denunció públicamente amenazas recibidas. "Son miles de posteos en redes sociales, incentivando ataques letales a los jueces y sus familias", señaló la asesoría del juez. Dino presentó una denuncia policial en medio de la presión generada por el proceso.
Cuando los cinco jueces concluyan la votación, la cual requiere mayoría simple, se dará a conocer el fallo definitivo. Posteriormente, de confirmarse una condena, se definirá la pena, que podría alcanzar hasta 43 años de prisión aunque podría ser apelable.