El peso mexicano se mantiene estable mientras los mercados anticipan un recorte de tasas de Banxico y persisten dudas fiscales
El peso mexicano mantuvo una cotización estable el martes 23 de septiembre de 2025, en un entorno marcado por señales económicas internas débiles y una atención sostenida en torno a la próxima decisión de política monetaria del Banco de México (Banxico). Analistas de mercado anticipan a NotiPress un recorte de 25 puntos base en la tasa de interés, lo que ubicaría el referencial en 7,50%.
Esta expectativa compartida en el análisis de mercado de Felipe Barragán, Estratega de Investigación de Mercados en Pepperstone, forma parte del ciclo de flexibilización monetaria que Banxico ha venido aplicando, en respuesta a indicadores de actividad moderada y una disminución en la demanda privada. Sin embargo, persisten dudas sobre si estas medidas afectarán la posición de México dentro del carry trade, un factor que ha sido determinante en el respaldo al peso mexicano.
La inflación continúa siendo el principal indicador observado por el mercado. Aunque las presiones generales han disminuido, la inflación subyacente muestra una resistencia mayor, lo que ha llevado al banco central a ajustar al alza sus previsiones a corto plazo. Este escenario introduce cautela en las decisiones futuras, ya que cualquier repunte inesperado podría frenar el ritmo de los recortes y, en consecuencia, ofrecer apoyo temporal al tipo de cambio.
En paralelo, el panorama fiscal del país enfrenta un escrutinio creciente. Pese al compromiso de las autoridades por reducir el déficit presupuestario el próximo año, los inversionistas mantienen reservas debido al tamaño de los compromisos en gasto social e infraestructura. La falta de medidas contundentes de consolidación fiscal podría representar un riesgo para la credibilidad financiera de México.
Por otro lado, recientes decisiones en política comercial, como el incremento de aranceles a vehículos procedentes de China y países fuera del T-MEC, generan inquietudes sobre sus posibles efectos inflacionarios. Aunque estas medidas buscan proteger a la industria nacional, también podrían elevar los costos de importación y obstaculizar los esfuerzos del banco central en materia de desinflación.
En contraste, el entorno internacional ha ofrecido cierto alivio. La demanda sostenida de Estados Unidos ha impulsado las exportaciones mexicanas, a pesar de la debilidad de la actividad interna. Además, las perspectivas de que la Reserva Federal mantenga una postura acomodaticia han presionado al dólar estadounidense, favoreciendo a monedas emergentes con mayores rendimientos como el peso.
De este modo, la moneda mexicana opera en un equilibrio entre factores internos frágiles y apoyos externos moderados. La evolución futura dependerá, en gran medida, de si Banxico logra reducir tasas sin afectar las expectativas de inflación, y de si el gobierno puede sostener una política fiscal creíble que preserve la confianza de los mercados.