¿Por qué Sheinbaum está tan obsesionada con el perdón de España por la Conquista?

Gobierno de México insiste en disculpa formal de España por la Conquista

El Gobierno mantiene su exigencia de disculpa a España por la Conquista, pero ¿por qué es el único país latinoamericano que sotiene el reclamo con tanta insistencia?

El Gobierno de México ha reavivado su exigencia de una disculpa pública por parte de España por los abusos cometidos durante el periodo de la Conquista. Este reclamo no es nuevo y se remonta al gobierno del Andrés Manuel López Obrador, quien en 2019 envió una carta al Gobierno español exigiendo un perdón. Según el expresidente, esta misiva no fue respondida por la monarquía española, sino filtrada a los medios, lo que calificó como un acto de "prepotencia y conservadurismo".

A falta de resultados, el gobierno de Claudia Sheinbaum sostuvo el reclamo en el tiempo, obteniendo resultados parciales. No obstante, cabe preguntarse, ¿por qué el Gobierno de México, particularmente el de las 4T, insiste en una disculpa que ningún otro país latinoamericano exige?

Con motivo del bicentenario de la Independencia de México en 2019, López Obrador envió una carta al rey Felipe VI, en la que propuso organizar una ceremonia conjunta para reconocer los abusos del periodo colonial. Sin embargo, la misiva "no mereció respuesta alguna", señaló el entonces mandatario, y algunos fragmentos fueron filtrados a medios de comunicación, sin reacción oficial del Gobierno español. Esta falta de respuesta derivó en una "pausa política" en las relaciones bilaterales, aunque los vínculos económicos y diplomáticos se mantuvieron activos.

La tensión se intensificó en 2024, cuando el Gobierno de España presentó una queja formal ante México por la exclusión del rey Felipe VI en la ceremonia de toma de protesta de Sheinbaum el 1 de octubre. La ausencia del monarca fue interpretada en Madrid como "inaceptable", lo que motivó la entrega de notas diplomáticas por parte de ambos países y la decisión española de no enviar representación oficial al evento.

Días después de su asunción, Sheinbaum destacó que el reconocimiento a los pueblos indígenas es fundamental para su administración. Afirmó que "la Conquista no fue un encuentro entre iguales", y defendió la iniciativa de pedir disculpas como parte de un proceso de justicia histórica. La mandataria presentó un video con ejemplos de disculpas oficiales por crímenes de lesa humanidad, incluyendo las de Alemania, Japón y Estados Unidos.

Un año después, el canciller español José Manuel Albares reconoció públicamente el 31 de octubre de 2025 que "hubo injusticia" durante la Conquista, en un video transmitido durante una conferencia matutina que marcó el primer gesto de reconocimiento desde el Gobierno español.

Si bien la palabra del funcionario español representa un paso importante hacia los objetivos del Gobierno mexicano, es posible que las disculpas no trasciendan más allá. Desde España, muchos historiadores consideran que el actual Reino de España no puede responder por los actos cometidos por su pasado imperial. Mientras tanto, la insistencia del Ejecutivo mexicano deja entrever posibles intereses.

Consultado por NotiPress, el analista Marko Sal, licenciado en relaciones internacionales de la Universidad Anáhuac Querétaro y jefe de redacción en Diplomacia Activa, señala la existencia de una estrategia discursiva. Si bien México no ha pedido ninguna indemnización por parte de España, el reclamo "ha servido mucho para desvirtuar a la oposición de la 4T que es mucho más cercana a España".

Al mismo tiempo, Sal subraya un trasfondo económico indirecto ya que la solicitud "golpea indirectamente lo económico. Antes de que llegara AMLO, los gobiernos del PRI y del PAN dieron contratos ventajosos a empresas energéticas (como Iberdrola) que ahora chocan con las reformas de soberanía energética de México".

En efecto, la oposición "queda como los vasallos" al defender a España de manera inmediata, señala Sal. Al mismo tiempo, esta demanda funciona para el Gobierno como un acto simbólico de justicia transicional, enfocado en sanar heridas históricas sin romper relaciones bilaterales.