COP30 inicia en Belém con llamado a mayor ambición climática pero con ausencias claves

La cumbre climática de la ONU abre en Brasil enfocada en financiamiento, metas de reducción y compromisos pendientes

Comienza la COP30 en Belém con más de 60 líderes mundiales y con la esperanza de impulsar acuerdos que garanticen acciones contra el cambio climático más severas

La trigésima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) comenzó este jueves 6 de noviembre en Belém, Brasil, con la presencia de cerca de 60 jefes de Estado y de Gobierno. La cumbre, que se extenderá hasta el 21 de noviembre de 2025, reúne a líderes globales, científicos y organizaciones de la sociedad civil para avanzar en los compromisos del Acuerdo de París, a una década de su firma.

El encuentro está centrado en tres prioridades: limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C, actualizar los planes nacionales de acción climática (NDC) y garantizar la movilización efectiva de los recursos financieros comprometidos en cumbres anteriores. La fase de líderes, que abrió este jueves y culminará el viernes, incluye sesiones plenarias y mesas de trabajo temáticas sobre naturaleza, energía y revisión del acuerdo climático vigente.

Durante la apertura, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva destacó la falta de implementación de acuerdos pasados. "Mucha gente no está cumpliendo el Acuerdo de París", declaró en su discurso inaugural. En paralelo, el Secretario General de la ONU, António Guterres, urgió a los países desarrollados a liderar la movilización de 1.300 millones de dólares anuales en financiación climática hacia 2035, tal como prometieron los firmantes del acuerdo internacional.

Guterres advirtió sobre la urgencia del momento: "Demasiados líderes siguen siendo rehenes de estos intereses arraigados. Demasiados países carecen de los recursos necesarios para adaptarse y están excluidos de la transición hacia la energía limpia". Además, pidió a los asistentes acordar un plan de acción "audaz y creíble" que incluya la transición energética, el freno a la deforestación antes de 2030 y la eliminación gradual del carbón.

La COP30 se desarrolla bajo el telón de fondo de un 2025 que, según la ONU, podría ubicarse entre los años más cálidos jamás registrados. Aun sin superar a 2024, se estima que cerrará como el segundo o tercer año más caluroso en la historia reciente, lo que refuerza la urgencia de acciones concretas.

Grandes ausencias

Pese al perfil de alto nivel del evento, destacan las ausencias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien fue invitado por Lula personalmente a modo de reconciliación, y del presidente de China, Xi Jinping. Ambas naciones representan las principales fuentes de emisiones contaminantes a nivel global.

Trump, además, ha reiterado su posición crítica sobre la conferencia, calificándola de "estafa", y confirmó la retirada oficial de Estados Unidos del Acuerdo de París a partir del 27 de enero próximo. Mientras tanto, China dejó de ser considerado un "país en desarrollo", categoría que lo eximía de responsabilidades en torno al cambio climático.

Otras ausencias relevantes son las del primer ministro de India, Narendra Modi, mientras que entre los asistentes se encuentran mandatarios de Francia, Chile, Colombia, Alemania, España, Portugal y Siria, entre otros. Mientras tanto, el gobierno argentino aseguró que asistirá a la cumbre a partir del lunes como compromiso exigido por la ONU, aun así, todavía no hay confirmación. El año anterior, una comitiva asistió a la cumbre, pero la Casa Rosada le pidió regresar a Argentina.

Promesas ambiguas de la COP29

La cita en Belém retoma temas pendientes de la COP29 celebrada en Bakú, la cual finalizó con un acuerdo que generó opiniones divididas. Aunque se adoptó la "Hoja de ruta de Bakú a Belém hacia el 1.3T", persistieron dudas sobre el origen de los fondos prometidos y no se abordaron con claridad problemáticas estructurales como el impacto del aumento del nivel del mar en pequeñas islas.

El texto final de Bakú fue criticado por su ambigüedad y por el protagonismo que tomaron las corporaciones y grupos de presión. A pesar de esos cuestionamientos, la COP29 sirvió como plataforma de cara a la COP30 para incluir a nuevos actores en la discusión climática, en un contexto internacional cada vez más complejo.