En un contexto marcado por las ordenes ejecutivas, el gobierno del presidente Trump coloca una situación compleja para los medios de comunicación
Tras la renuncia de altos directivos de la BBC con motivo de un documental del presidente estadounidense, Donald Trump, la cabeza del medio, el presidente Samir Shah, emitió una disculpa por el manejo editorial de los discursos presidenciales utilizados. Con la amenaza de acciones legales por mil millones de dólares contra la cadena británica, el mandatario puso el foco sobre la situación de los medios y la libertad de expresión.
A través de la Truth, Trump criticó las decisiones editoriales de la BBC respecto a un documental sobre los mandatos del republicano, especialmente por clips audiovisuales editados con parte de discursos pronunciados al comienzo de la segunda administración. En la opinión del abogado presidencial, Alejandro Brito, el manejo de la información llevó a un discurso de difamación que deja a Trump como un político que incita a la violencia.
Trump señaló que los medios con ideologías opuestas a su proyecto de nación no respetan la libertad de expresión ni la democracia. Asimismo, el republicano compartió una serie de medios que comparten su postura respecto a la polémica de la BBC, entre los cuales se encuentran Telegraph, New York Post, y Fox News.
La coyuntura en materia de libertad de expresión ocupa un lugar central en la administración Trump-Vance, misma que se expresa en órdenes ejecutivas orientadas a limitar las regulaciones. En un documento publicado el 20 de enero, la Casa Blanca acusó a las administraciones anteriores de entorpecer la democratización informativa y limitar la expresión de medios de comunicación.
Si bien el presidente respaldó que los medios locales e internacionales expresen la información sin importar su procedencia o ideología, en la práctica los medios se enfrentan a conflictos de intereses. Entre los casos destacados se encuentra la oposición mediática a las decisiones del Departamento de Guerra, sobre todo en materia de censura con represalias a quienes divulguen información no autorizada.
Para el Gobierno de Estados Unidos, la legitimidad de los medios está determinada por los lineamientos ejecutivos, y al igual que las instituciones educativas, estos son objeto de contramedidas públicas y legales. Cabe señalar que, tras los incidentes en Nigeria, Trump negó la veracidad de los reportes en contra de la postura del oficialismo, ello pese a la evidencia presentada.
Al respecto, el foro The International Forum for Responsible Media Blog comentó que la voz de los medios locales e internacionales se enfrenta a un reto con creces en Estados Unidos. Ante la falta de regulaciones oficiales con lineamientos claros, la legitimidad y veracidad de las noticias podrían quedar sujetas a episodios de polémica, como en el caso de la BBC y las escenas editadas del primer discurso presidencial del segundo mandato de Trump.