Sin reformas estructurales y mejoras en el entorno fiscal, Argentina podría enfrentar nuevas turbulencias pese a señales de recuperación en 2025
Impulsada por un entorno más favorable para las inversiones y una mejora en las exportaciones, la economía argentina cerraría 2025 con una expansión del 4,2%, según proyecciones del informe de perspectivas económicas publicado en diciembre de 2025 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
De acuerdo con el documento, "el crecimiento se verá impulsado por la inversión y las exportaciones, gracias a un entorno cada vez más favorable para las empresas, una regulación menos gravosa y un sector energético y minero en auge". También se menciona que la reducción de impuestos sobre productos agrícolas contribuiría al rendimiento del sector externo.
A pesar de estas señales positivas, el informe señala que persisten vulnerabilidades macroeconómicas, principalmente por la inflación elevada y las tensiones en el mercado cambiario. "La inflación anual apenas ha repuntado ligeramente y se mantuvo en el 31,8% en septiembre" de 2025, indica el documento. La OCDE estima una inflación promedio de 41,7% en 2025, que bajaría a 17,6% en 2026 y 10% en 2027.
Durante el segundo trimestre de 2025, el PIB real cayó 0,1% respecto al trimestre anterior y la demanda interna se redujo 0,7%. "La confianza de los consumidores sigue siendo baja y, en los supermercados, las ventas no han dejado de caer desde abril". Si bien los salarios reales muestran una leve recuperación, el consumo permanece debilitado.
En el frente cambiario, el informe indica: "la moneda ha sufrido presiones recientemente, lo que provocó intervenciones monetarias y ha ralentizado la acumulación de reservas internacionales". Como parte de las medidas de contención, se firmó un acuerdo de swap de divisas con el Tesoro de Estados Unidos por 20.000 millones de dólares.
Para mejorar la sostenibilidad fiscal, el documento recomienda tener un avance con reformas estructurales. "La adopción de una reforma tributaria integral —que elimine los impuestos más distorsivos, reduzca la complejidad tributaria y amplíe las bases imponibles— contribuiría a mejorar la posición fiscal de manera sostenible".
También se destaca la necesidad de simplificar regulaciones y digitalizar procesos. "Una mayor racionalización de la normativa empresarial podría impulsar con fuerza la productividad". Además, se sugiere fortalecer la formación técnica y consolidar una nueva autoridad de competencia actualmente en diseño institucional.
Finalmente, el informe advierte: "podrían volver a producirse episodios de volatilidad debido a las bajas reservas de divisas, a la inflación aún elevada y a la necesidad de adoptar nuevas reformas estructurales en una amplia gama de ámbitos de políticas".