EEUU lanza nuevo ataque contra embarcación de narcotráfico en el Pacífico Sur: 4 muertos

Cuatro personas murieron durante una operación autorizada por el Pentágono bajo la Operación Lanza del Sur

Una embarcación vinculada al narcotráfico fue destruida por Estados Unidos en el Pacífico Sur; cuatro personas murieron, según el Comando Sur

Una nueva acción militar de Estados Unidos en el Pacífico Sur dejó un saldo de cuatro personas muertas, tras el ataque a una embarcación presuntamente controlada por una organización señalada como terrorista. El operativo fue confirmado este jueves 4 de diciembre por el Comando Sur, en el contexto de la Operación Lanza del Sur, iniciativa del Pentágono para interrumpir las rutas marítimas utilizadas por grupos dedicados al narcotráfico.

De acuerdo con la publicación oficial en la red social X, el ataque se produjo por orden directa del secretario de Defensa, Pete Hegseth. "Por orden de @SecWar Pete Hegseth, la Fuerza de Tarea Conjunta Southern Spear realizó un ataque cinético letal contra un buque en aguas internacionales operado por una Organización Terrorista Designada. La inteligencia confirmó que el buque transportaba narcóticos ilícitos y transitaba por una ruta conocida de narcotráfico en el Pacífico Oriental. Cuatro narcoterroristas a bordo del buque murieron", indicó el mensaje.

La fuerza militar estadounidense acompañó la declaración con un video que muestra una lancha rápida equipada con cuatro motores fuera de borda desplazándose antes de ser alcanzada por un impacto que la envuelve en llamas. Según el Comando Sur, la embarcación navegaba por una ruta internacional identificada como corredor clave del tráfico de drogas hacia Estados Unidos.

Desde septiembre de 2025, el gobierno estadounidense ha intensificado este tipo de acciones con el objetivo de desarticular redes criminales transnacionales. Según cifras oficiales, los ataques navales contra blancos asociados al narcotráfico han causado al menos 85 muertes. Estas operaciones son parte de una estrategia regional que combina vigilancia aérea, control marítimo y recopilación de inteligencia conjunta con países de Sudamérica y Centroamérica.

Aun así, las operaciones no han estado exentas de cuestionamientos. Desde Naciones Unidas consideran que los ataques son "ejecuciones extrajudiciales". Al mismo tiempo, el Congreso de Estados Unidos debate acerca del ataque perpetrado el 2 de septiembre en el cual, luego de un primer bombardeo a una embarcación, se registraron dos sobrevivientes. Sin embargo, se ordenó un segundo ataque. El debate gira en torno a la posibilidad de un crimen de guerra.

Las autoridades estadounidenses han reiterado que estos operativos se ajustan a los marcos legales internacionales y responden a amenazas reales contra la seguridad del país. "El ataque se realizó contra una embarcación que navegaba en aguas internacionales bajo el control de una organización designada como terrorista. La inteligencia confirmó que la nave transportaba narcóticos ilícitos y cruzaba una ruta identificada de tráfico en el Pacífico Oriental", señaló el Comando Sur en su declaración del jueves.

El presidente Donald Trump expresó su respaldo a esta ofensiva militar, al afirmar que Estados Unidos está preparado para ampliar las acciones desde el mar hacia tierra firme. "No permitiremos que organizaciones criminales usen el mar para infiltrar drogas en nuestro país. Hemos salvado miles de vidas al cortar estas rutas", declaró el mandatario en días recientes.

Durante una rueda de prensa el martes 2 de diciembre, Trump anticipó operativos en territorio venezolano dirigidos contra presuntos objetivos vinculados al narcotráfico. "En tierra es más fácil. Conocemos sus movimientos y estamos listos para actuar", dijo. El gobierno estadounidense identificó a Venezuela como un punto central en el tráfico internacional de cocaína y acusó a Nicolás Maduro de liderar el llamado "Cártel de los Soles", una entidad calificada oficialmente como organización terrorista extranjera.

Agencias como la DEA y la Guardia Costera advirtieron que las embarcaciones empleadas por los cárteles suelen ser rápidas, de bajo perfil y diseñadas para evadir la detección radar. Estas características complican la interceptación, razón por la cual se han reforzado las patrullas en zonas estratégicas del Pacífico y el Caribe.