La carrera por la inteligencia artificial entre Estados Unidos y China cobró importancia como consecuencia de las capacidades energéticas nacionales
La infraestructura eléctrica ocupa un lugar clave para los gobiernos de China y Estados Unidos en la carrera por el desarrollo de inteligencia artificial (IA). Marcado por un clima de interés en temas de gobernanza y suministro para el sector, el presidente Donald Trump negó la presunta supremacía energética china que medios e instituciones financieras sostienen. Sin embargo, los datos le dan gran ventaja al gigante asiático.
De acuerdo con la financiera internacional, Goldman Sachs, China tendrá una capacidad de electricidad sobrante de 400 gigawatts (GW) en 2030. Esta cifra equivale a tres veces el valor total de la energía requerida para operar los centros de datos al final de la década, señalaron las fuentes consultadas por NotiPress.
Por su parte, el Departamento de Energía de Estados Unidos reveló que la capacidad de electricidad del país norteamericano se acercará a 209 GW en 2030. Si bien este valor equivale a casi el doble de la electricidad nacional sobrante en 2025, la agencia federal estadounidense advirtió el pasado 7 de julio que no está preparada para sostener a la industria de IA, principalmente por la discrepancia entre las fuentes renovables y los combustibles fósiles.
Frente a la advertencia del departamento, el gobierno de Trump anunció inversiones por 320 millones de dólares orientados al desarrollo de infraestructura energética para IA. Asimismo, para reducir la coyuntura entre las fuentes de energía y marcar diferencias con China y Europa, Estados Unidos decidió impulsar el uso del carbón bajo la orden ejecutiva 14241.
Un elemento clave que distingue los proyectos de generación de energía en ambos países consiste en el enfoque sobre las fuentes sostenibles. Mientras las autoridades del Departamento de Energía estadounidense bajo la administración Trump son partidarios del carbón y petróleo, China captó más de la mitad de la electricidad global generada por el sol en 2024, informó Ember Energy.
Cabe destacar que el 11 de diciembre la Casa Blanca compartió los lineamientos nacionales para cumplir con la centralización de cualquier política relacionada con la inteligencia artificial. Como parte de la apuesta de Trump, el sector no dependerá de las decisiones estatales para las necesidades de energía y regulaciones, en tanto Washington tendrá la última palabra. Esta medida permitirá mantener a los combustibles fósiles como parte de la infraestructura eléctrica y aumentar el suministro de cara al desarrollo de la IA.
Finalmente, aunado a la infraestructura eléctrica para sostener la adopción de inteligencia artificial a nivel nacional, los minerales críticos representan el segundo rasgo que marca la competencia entre China y Estados Unidos. Mientras el país gobernado por el presidente Xi Jinping tiene acceso nacional a cobalto, grafito, níquel y galio, la administración del mandatario Trump se acercó a países aliados para reducir la dependencia de suministro del mercado chino bajo el contexto de aranceles.