Campañas privadas como en Álamo, Veracruz visibilizan cómo la recaudación ciudadana y el encuadre moral mejoran la respuesta ante emergencias
La recaudación de fondos desde el ámbito privado se ha consolidado como herramienta clave atendiendo emergencias sociales, desastres naturales y necesidades comunitarias urgentes, de manera independiente y complementando acciones del sector público. Este modelo permite canalizar recursos de forma rápida y directa hacia poblaciones vulnerables, como ocurrió recientemente en el municipio de Álamo, Veracruz, afectado por severas inundaciones.
En esta localidad se organizaron campañas privadas a través de GoFundMe, plataforma de financiamiento colectivo que destacó a México por su alto nivel de participación solidaria. De acuerdo con el reporte Year in Help, en su primer año de operaciones los usuarios realizaron más de 400 mil donaciones, por un total de 355 millones de pesos.
La plataforma también habilitó una página especial titulada Dona esperanza y alegría en estas fiestas, que agrupa colectas creadas por personas con conocimiento directo de las necesidades en sus comunidades. Desde la Ciudad de México, Sumiko Aoyama impulsó una iniciativa para enviar víveres a Álamo en coordinación con familiares y personas de confianza en la región.
A través de su campaña, Sumiko Aoyama informó que la ayuda se gestiona desde un centro de acopio ubicado en la colonia Hipódromo (Ciudad de México). Los recursos recaudados se están previsto destinarse de forma directa a las familias afectadas, con el compromiso de transparentar el uso de los fondos mediante la publicación de evidencias y reportes de entrega.
Otra colecta activa en la región fue Abriguemos a Álamo en este invierno, lanzada por Esli Farrera y Juan Antonio Bustillo Quintana, como respuesta a la pérdida de más de mil 500 viviendas a causa de las lluvias. Los organizadores señalaron que incluso aportaciones pequeñas pueden marcar diferencia significativa para las familias que enfrentan bajas temperaturas tras haber perdido su patrimonio.
El impacto de este tipo de iniciativas ha sido analizado desde el ámbito académico. Un estudio de la Universidad de Michigan examinó 14 mil 088 campañas publicadas en GoFundMe y evaluó cómo el encuadre moral del lenguaje utilizado en solicitudes influye en los resultados de recaudación. La investigación identificó que las campañas clasificadas como de emergencia son las más sensibles a este tipo de encuadres.
Según el análisis, los llamados enfatizando el daño sufrido o la percepción de injusticia tienden a atraer un mayor número de donaciones y mensajes de apoyo, especialmente en contextos de emergencia. No obstante, los autores advierten que este enfoque puede reducir el monto promedio aportado por cada donante, ya que incrementa la participación pero con contribuciones individuales más bajas. En contraste, el encuadre basado en la lealtad al grupo —es decir, presentar la recaudación como un esfuerzo colectivo entre personas con vínculos compartidos— se asoció de manera consistente con un mayor número de donaciones y mensajes en todas las categorías analizadas.
A nivel global, GoFundMe reportó en 2024 más de 42 millones de donaciones destinadas a personas y 23 millones a organizaciones sin fines de lucro, con un promedio de dos donaciones por segundo y un monto medio de 77 dólares por aportación. La plataforma permite realizar contribuciones desde 20 pesos, lo cual reduce las barreras de acceso y fomenta una participación más amplia.
En conjunto, las recaudaciones privadas representan una vía efectiva para responder ante crisis sociales y fortalecer la solidaridad ciudadana, particularmente durante la temporada decembrina. La experiencia en Álamo, Veracruz, junto con campañas activas en Yucatán, el Estado de México, Chihuahua y otras regiones del país, muestra cómo la organización comunitaria puede contribuir a cubrir vacíos críticos y brindar apoyo directo a comunidades en situación de vulnerabilidad.