Mosquitos ya presentan resistencia al insecticida más reciente contra la malaria

En África, científicos encontraron mosquitos resistentes al insecticida más nuevo recomendado por la OMS en el combate a la malaria

Investigadores cameruneses detectaron hasta un 55% de mosquitos en una muestra que resistieron el uso de clotianidina, un insecticida de uso agrícola

Científicos encontraron evidencia de que el insecticida próximo a usarse dentro de hogares en África para el combate a la malaria ya ha comenzado a perder su efectividad. Según un estudio del Centro de Camerún para la investigación de enfermedades infecciosas, en un ensayo de susceptibilidad estándar, la exposición durante una hora a clotianidina, un insecticida, mató al 100% de una muestra rural y urbana de mosquitos Anopheles coluzzii, aunque en algunas muestras de Anopheles gambiae sobrevivieron hasta el 55% de los mosquitos.

En 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó el uso de clotianidina –empleado por mucho tiempo en la agricultura contra las plagas en los cultivos– en el compuesto de los insecticidas para interiores, con el fin de reforzar los métodos actuales de combate a la malaria, a medida que otros insecticidas pierden su efectividad.

Desde entonces, los gobiernos africanos han elaborado planes para rociar las paredes de las casas con este químico, mientras, a la vez, buscan evidencia de una posible resistencia prexistente al insecticida. Aunque aún en preimpresión, este estudio alojado en la plataforma bioRxiv podría ser la primera evidencia de ello.

Los investigadores concluyen, pueden existir pequeños grupos de mosquitos resistentes a la clotianidina alrededor de tierras de cultivo donde se utilizan neonicotinoides –la clase de químico a la que pertenece la clotianidina– y señalan la importancia de realizar pruebas de este tipo en áreas agrícolas donde se planea usar clotianidina para evaluar la verdadera efectividad de estas medidas.

Actualmente la clotianidina se encuentra prohibida en Europa, dado su controversial impacto en los insectos polinizadores, pero su uso aún es frecuente en África, lo cual hace posible el escurrimiento del insecticida, en áreas rurales, hacia el agua estancada donde se crían algunas larvas de mosquitos, propiciando el desarrollo de resistencia al insecticida.

Otro estudio, publicado en PLOS Medicine, señala que los actuales mecanismos para el combate de la malaria reducen el 85% de los casos existentes de malaria, pero no son suficientes para interrumpir la transmisión de Plasmodium falciparum, el parásito causante de la enfermedad, transmitido por los mosquitos del género Anopheles.

Para combatir la malaria, los mecanismos recomendados por la OMS incluyen el uso de herramientas como mosquiteros tratados con insecticida, fumigación en interiores con insecticidas de acción prolongada (como es el caso de la clotianidina), y la administración de medicamentos antimaláricos. De acuerdo a la organización, al año se reportan más de 200 millones de casos nuevos y según los datos más recientes de la organización, en 2018, la región africana de la OMS concentraba el 93% de los casos de malaria y el 94% de las muertes a causa de la enfermedad.

Aunque se haya descubierto nueva evidencia de mosquitos resistentes a la clotianidina, la resistencia es menor comparada con la que han desarrollado ante otros insecticidas. No obstante, dada la incertidumbre de por cuánto más la clotianidina continuará siendo efectiva en el combate contra la malaria, es urgente el desarrollo